Madrid, 27 ago (EFE).- El Barcelona y el París Saint-Germain, derrotados en las semifinales de la Liga de Campeones por el Wolfsburgo y el Olympique de Lyon, pusieron el foco en la ausencia del videoarbitraje, una herramienta que sigue siendo prescindible para la UEFA en las competiciones femeninas.
A diferencia de la Final a Ocho masculina de Lisboa, el VAR no fue implementado en la fase final del País Vasco, donde los ocho mejores equipos de Europa compiten por el cetro continental. El Wolfsburgo y el Olympique de Lyon resisten hasta el episodio final de la batalla, pero su clasificación no ha estado exenta de polémica. ¿Hubiera sido ese su destino con el elemento de ayuda arbitral? En París y en Barcelona lo ponen en duda.
Irene Paredes, capitana del PSG y de la selección española, atacó duramente a la UEFA. "No entiendo por qué no hay VAR en la Champions femenina. Es parte de la discriminación, lo digo así y no me voy a esconder. Si queremos igualdad, esto tiene que ser igualdad. Si estamos los mejores de Europa, necesitamos a las mejores árbitras de Europa, necesitamos la ayuda del VAR y de momento no la tenemos", denunció.
La central de Legazpia apuntó también contra la árbitra rusa Anastasia Pustovoitova. "Normalmente, no suelo hablar de los arbitrajes", recordó, "pero no ha estado al nivel". "Creo que nos ha perjudicado bastante el arbitraje. Si hubiese arbitrado para los dos igual hubiese sido diferente", remarcó.
La falta que significó la expulsión de Grace Geyoro fue el origen del gol del Olympique de Lyon. Irene Paredes reconoció que ahí falló en su marca. Fue uno de esos "pequeños detalles" que cuestan el adiós.
El técnico del Barcelona, Lluís Cortés, reflexionó asimismo sobre el arbitraje tras la eliminación del equipo azulgrana.
"No me gusta hablar de los arbitrajes, pero sí quiero enviar un mensaje: si queremos hacer crecer el fútbol femenino, tenemos que hacerlo crecer en todos los ámbitos. Y si tenemos estadios con la aplicación del VAR disponible, no se puede entender que la organización no lo utilice por ahorrarse unos euros, 5.000, 10.000 o 15.000, los que sean. Con el VAR el resultado pudo ser otro", sostuvo.
El conjunto azulgrana reclamó un claro penalti por mano en la primera mitad de su encuentro de semifinales ante el Wolfsburgo, pero la húngara Katalin Kulcsár obvió esa acción.
Tal vez ahí estaba la llave de la final de este domingo (20.00 CET) en Anoeta. El Wolfsburgo y el Olympique de Lyon se jugarán el título continental tras haber resuelto la anterior eliminatoria por la mínima. Las dos semifinales se definieron por un ajustado 1-0, condimentado por la polémica arbitral -existe otra discriminación por el hecho de que solo arbitren mujeres en los partidos entre equipos femeninos- y la notoria ausencia del VAR.
Fridolina Rolfö castigó la única concesión defensiva del Barcelona. Por su parte, Wendie Renard volvió a vestirse de heroína en el bando lionés.
La escuadra alemana y la francesa se encontrarán por cuarta vez en la final de la Liga de Campeones. El Wolfsburgo, dos veces campeón de la competición, derrotó a su rival en el año 2013. El Olympique de Lyon, seis veces ganador de la Champions -entre ellas, las cuatro últimas ediciones-, le doblegó en 2016 y 2018.
El duelo del domingo traerá la tercera del Wolfsburgo o la séptima del Olympique de Lyon. Decide Anoeta. Lucía Santiago