Como hiciera en 2018 con
Pau López y, algo más tarde,
Joel, el Betis ha fichado a
coste cero a uno de los mejores porteros de
LaLiga y, sin duda, a una de las 'gangas' de la próxima ventana de transferencias, junto a Dmitrovic, a quien tiene también atado su eterno rival y que estuvo igualmente en la órbita verdiblanca. Desde finales de junio de 2020 existe un compromiso verbal entre los agentes de
Rui Silva y la entidad heliopolitana, convertido poco después en un precontrato que Antonio
Cordón intentó materializar en una oferta a la baja que el
Granada, consciente de que no lo renovaría pero firme en su deseo de solicitar su cláusula, rechazó:
3,8 millones de euros.
La altísima
competencia por el cancerbero portugués, con todo, hizo temer a los dirigentes béticos por su fichaje, por lo que incluyeron en el acuerdo por escrito una serie de
cláusulas compensatorias, poniendo como fecha límite el 'deadline' invernal, el
1 de febrero, momento tras el cual se activarían las condiciones de un contrato propiamente dicho, con validez hasta el 30 de junio de 2026 (
cinco temporadas a partir de la próxima) y una cláusula de rescisión inicial de
30 kilos, aunque solamente durante unos periodos concretos, siendo la mayoría del año de
entre 50 y 60, según confirmaron a este periódico fuentes de la operación.
El caso es que
Everton, Inter, Atlético de Madrid y Oporto pujaron con fuerza por el de Maia, especialmente los ingleses, que le pusieron sobre la mesa una
prima de fichaje de cinco millones de euros y un
sueldo de tres netos por cada uno de los cuatro años, prácticamente el doble de lo pactado con el Betis, aunque Rui Silva ha mantenido su
palabra y vestirá el escudo de las trece barras desde el verano venidero. Incluso, antes de apalabrar a Dmitrovic,
Monchi preguntó por sus condiciones a la agencia que representa al internacional luso de nuevo cuño, 'Team of Future', aunque en la otra orilla del Guadalquivir se habían adelantado.
Y, según 'Radio Sevilla', el
Real Betis ató bien ese precontrato, incluyendo una penalización de
dos millones de euros si el todavía meta nazarí lo rompía antes del pasado 1-F, una cantidad que se doblaba (4) si el destino era el
Sevilla FC, a quien algún intermediario llegó a ofrecer recientemente de nuevo con el mismo resultado. Porque el ex de Nacional ha
priorizado el crecimiento deportivo que espera seguir desarrollando en un club como el verdiblanco a la evidente mejoría monetaria que le habría supuesto enrolarse en alguno de sus otros
pretendientes.