Horas
decisivas para el futuro de
Rui Silva, el guardameta elegido por el Betis para defender su portería (en principio, junto a
Bravo, Joel y Dani Martín, uno o dos de los cuales deberán salir) a partir del próximo verano, cuando quedará desvinculado a coste cero del
Granada. El portugués también se decantó hace meses por la propuesta verdiblanca, llegando a suscribir, incluso, un
precontrato que se activaba este pasado 1 de enero, desde cuando legalmente ya podía negociar y comprometerse con quien deseara, mientras que 'Diario de Sevilla' apuntaba esta semana que el verdadero 'deadline' es este lunes, fecha límite para que el cancerbero pueda
romper su pacto verbal y escrito a cambio de una
indemnización modesta.
Modesta en comparación con la
cláusula de rescisión que, desde el 2 de febrero, entra ya en vigor y que, según la información que maneja ESTADIO Deportivo, se eleva a
30 millones de euros. El inminente cierre de la ventana invernal de transferencias, por tanto, ejercería de punto de inflexión para determinar los colores que vestirá el de Maia a partir de la
21/22, con un sinfín de clubes de España (
Real Sociedad, Villarreal, Valencia, Atlético de Madrid) y el extranjero (
Everton, Inter, Milan) a la expectativa. Lógicamente, el interesado se curó en salud firmando un compromiso por
4-5 temporadas (la última, posiblemente, opcional) que le aseguraba una mejora sustancial de los emolumentos que ahora percibe con los nazaríes, que hace mucho renunciaron a su
renovación.
Rui Silva, a la vista de la buena oferta bética (
3 millones de euros brutos, más bonus, con la prima de fichaje prorrateada en ese lustro de vinculación), optó por resguardarse la espaldas, aunque vio cómo algunos pretendientes mejoraban la puja. Sus agentes y otros intermediarios aprovecharon la coyuntura para
moverlo por diferentes clubes del Viejo Continente, aunque en la planta noble del Benito Villamarín son más
optimistas y no creen que el internacional luso de nuevo cuño vaya a cambiar de aires ahora o de decisión, habida cuenta de que las proposiciones
fuera de mercado que manejaba no han terminado de materializarse o no le aseguran una
titularidad de la que ya goza.
Con todo, el Betis deslizó hace semanas la existencia tanto del precontrato como de la
penalización para no quedar en evidencia. Todos los pactos extemporáneos lo incluyen, beneficiándote a veces (el Tottenham, entre otros, trató de convencer a
Pau López después de firmar, remitiéndole los verdiblancos a su cláusula de 30 kilos) y perjudicándote otras (hubo de desembolsar
200.000 euros para romper el acuerdo entre
Salva Sevilla y el Córdoba en su día). En las altas esferas se sospechaba que la insistencia desde el entorno del cancerbero en que no tenía ningún compromiso con nadie era un indicio de su idea de no venir a
La Palmera, aunque esa desconfianza se está mitigando.
Sin embargo, la fluidez en las
comunicaciones con los asesores de Rui Silva ha sufrido un 'apagón' informativo en los últimos días, precisamente la antesala del tope presuntamente fijado en su acuerdo con el Betis para poder quebrarlo. Ya nadie se pronuncia ni siquiera '
off the record', por lo que el futuro del portugués, con media Sevilla y otra media Europa pendiente, está más que nunca en el aire. Pase lo que pase, no es segura ua nota pública sobre el devenir de los acontecimientos por respeto a las buenas relaciones con el Granada, pero, en un sentido u otro, la
decisión del emergente meta se antoja muy cercana.