El Super Bowl 2024 pasará a la historia por el nacimiento de una dinastía que ha jugado cuatro de las cinco últimas finales y ha ganado tres, los Kansas City Chiefs, por la magia de un Patrick Mahomes que ya llama a la puerta de los más grandes de la historia, por ser una de las dos que ha necesitado una prórroga (25-22) para decidirse... pero casi más por todo lo que ha acontecido en torno a Taylor Swift y a Travis Kelce, que se fundieron al final en un beso que ha dado la vuelta al mundo.
La laureada cantante norteamericana le restó el protagonismo a los jugadores y equipos desde antes de que empezase el Super Bowl. Lo hizo en los días previos por saber si podría asistir, ya que tenía un concierto en Japón; lo hizo durante el partido, con muchas cámaras enfocándole y ella dando una de las imágenes del partido; lo hizo en la remontada de los Chiefs, que lo vivió con nerviosismo y entusiasmo; y, al final, lo hizo por el beso con su pareja sobre el césped del Allegiant Stadium.
La cantante y el jugador se fundieron en un largo abrazo y un beso rodeados de cámaras y compañeros. Fue el final de cuento de hadas con el que ambos soñaban y que es lo más comentado. Más incluso que la hazaña del gran protagonista de la noche, Patrick Mahomes.
Ya desde su llegada había acaparado todas las miradas. Llegó como la estrella que es a un acontecimiento que está lleno de estrellas... de todos los países. Con la chaqueta roja de los Chiefs, estuvo acompañada por su madre Andrea Swift, por la actriz Blake Lively y la rapera Ice Spice. Con ellas vio el partido, en el que su pareja, Travis Kelce, no tuvo un inicio muy afortunado.
El ala cerrada de los Chiefs no se dejó ver en los dos primeros cuartos y fue más noticia por el 'enfrentamiento' que tuvo con su entrenador, Andy Reid, que por su juego. Sí le buscó Mahomes tras el descanso y su aparición significó también la mejoría de los Chiefs, que se volvieron menos previsibles y empezaron a ganar yardas gracias al 'tight end' de Ohio y a su 'running back' Isiah Pacheco.
Todo ello ante la alegría de una Taylor Swift que lo celebraba desde la grada y a la que volvieron a abuchear los aficionados de los 49ers cuando la enfocaron en la pantalla del estadio haciendo un 'hidalgo' con una lata.
Swift bailó, se puso nerviosa, celebró los puntos, sufrió, como todos los aficionados del estadio, y, al final, estalló de alegría. Kelce fue protagonista en la recogida del trofeo al cantar eufórico "Viva Las Vegas" y posteriormente lo fueron ambos por la que ya es la imagen icónica de la Super Bowl 2024.