Dentro de quince días
se podrá jugar al fútbol en España, un paso que parecía imposible hace un mes y lejano hace poco más de dos semanas, cuando los equipos empezaron a
entrenarse de forma individualizada. El deporte, como el resto de las cosas, está regresando de forma progresiva para hacernos ver, al menos en apariencia, que vuelve esa normalidad tan anhelada.
Una normalidad que, en este caso, tardará mucho en ser igual si es que alguna vez lo es.
Sin público en principio, con medidas excepcionales cuando dejen entrar a los primeros espectadores, con largas concentraciones previas, tras exhaustivos análisis... Diferente, pero igual. Serán
once contra once con mucho en juego. Y un derbi, con la pasión a distancia,
seguirá también significando lo mismo.