La historia de Ghailene Khattali es una de esas narraciones que merecen palomitas, papel y lápiz y un mapa conceptual para poder seguirla. Original de Túnez, el piragüista nacido en el año 2000 dio varias vueltas por países como Alemania o Francia antes de recalar en el Club Náutico Sevilla. Fue allá por el año 2.019 cuando el joven de 24 años aterrizó a orillas del Guadalquivir con la meta de redirigir su proyección en el deporte hacia cotas más altas. Y no tardó en conseguirlo. Dirigido por Germán García, que expone su historia en ESTADIO Deportivo, fue catapultado hasta los Juegos Olímpicos de Tokio en 2020 y más tarde hacia París 2024.
Para comprender el origen de la llegada a tierras hispalenses de Ghailene, no hay nadie mejor que su entrenador Germán para explicarlo: "Este chico vino buscando un poco de más calidad de entrenamiento, en una ciudad donde se pudiera practicar de forma asidua y con un grupo grande el piragüismo. Y vino buscando en Sevilla y acabó aquí, preguntando por uno de los clubes más grandes de España y al final el Náutico está arriba en el podio siempre y vino buscando calidad de entrenamiento sobre todo. Y bueno, me encontró por aquí y me encontró a mí también".
Procedente de un continente y un país donde la práctica del piragüismo no es habitual, Ghailene llegó a Sevilla como Campeón de África pero con la misión de avanzar y pulir su trabajo para lograr cotas aún mayores: "Este chico venía desde Túnez. Tenía un nivelito aceptable, pero nunca llegaba al nivel que se necesita para competir a nivel internacional. Y nada, preguntando llegó y le dije que, claro, que esto es como todo en la vida. En un país donde se estila jugar fútbol, hay mejores futbolistas que en un país donde se estila jugar al rugby, por ejemplo. En el país donde se juega al rugby habrá mejores jugadores de rugby y el de fútbol, mejores futbolistas. Pues en el caso de este chico en Túnez, el piragüismo no es que sea un deporte muy conocido", explica Germán.
Brota su camino de un área de entrenamiento compuesta, básicamente, por su familia: "Él vive en una zona donde tiene un laguito donde se puede entrenar, está muy bien. Pero claro, se veía solo. Y cuando llegó aquí, pues le dije que lo único que tenía que hacer es trabajar, trabajar, trabajar. Y él venía ya siendo un campeón en África, era campeón de África. Bueno, sigue siendo campeón de África porque para poder ir a los Juegos tuvo que clasificarse y volvió a lograr el título de campeón de África. Así que tenemos un campeón de África aquí en el club".
En definitiva, una historia que huye de lo habitual: "Claro, no es algo típico tener a un chico africano que hace un deporte tan minoritario en África. Si comparamos con Europa, es verdad que el nivel de Europa es muy alto, pero bueno, hay que estar, hay que ser canoísta, montarse en la canoa y pelearte en el agua contra tus rivales y ganar", manifestó Germán.