Iván Díaz3 min lecturaCon la inercia de un mágico triunfo en el Europeo de Belgrado, la selección española de natación sincronizada llegó a París en la terna de las favoritas para ganarse un hueco en el medallero de estos Juegos Olímpicos. Junto a China y Japón, el equipo dirigido por Mayu Fujiki era uno de los elegidos para disfrutar y hacer disfrutar sobre aguas parisinas. Y no defraudó. Fue tal el 'baño' de masas que supuso la exhibición del combinado español que se alzaron hasta el tercer puesto. Un reconocimiento que no supo todo lo bien que podría imaginarse, lo que habla a las mil maravillas del nivel de ambición de este equipo, comandado ahora por Andrea Fuentes, y que pretende reinar. Apenas han pasado unos meses de este éxito nacional y una de sus integrantes, Alisa Ozhogina, ya piensa en ESTADIO Deportivo en las próximas medallas.
Es indescriptible la sonrisa que aparece en el rostro de la joven sevillana, pero nacida en Moscú, cuando habla de la experiencia: "Ya hemos bajado de la nube, yo creo. Ya hemos asimilado que somos medallistas olímpicas, que hemos conseguido algo muy grande, que eso ya no nos lo va a quitar nadie, y que bueno, a creérnoslo, a seguir mejorando, a conseguir más medallas, a seguir siendo un referente de nuestro deporte, y bueno, sobre todo a disfrutar, porque al final hacemos esto porque nos gusta y nos sentimos súper afortunadas de dedicar nuestra vida a algo que nos llena, que realmente nos hace felices".
Fue tal el éxito que deportistas de élite, del nivel de Rafael Nadal Parrera, reconocieron al equipo español de natación sincronizada por su medalla: "Que no me esperara... Bueno, Rafa Nadal, que nos mencionó en una historia. Eso fue súper guau. Que nos ha publicado. O sea, qué fuerte". También una leyenda de este deporte, como Ona Carbonell, que consiguió proezas de la talla de dos medallas olímpicas conseguidas en una misma edición de los Juegos Olímpicos, y que se retiró como la nadadora con más medallas mundiales: "La verdad que siempre hemos tenido muchísimo contacto con Ona Carbonell. Ona siempre nos ha hablado, siempre nos ha apoyado. Ha venido a la piscina, ha trabajado con nosotras. Es un ejemplo a seguir. Una amiga y una compañera con la que yo nadé en Tokio. Que es una de las mejores personas que me ha dado la orientación artística".
En este sentido, la fiesta no quedará ahí. La exigencia de Alisa, que durante algún tiempo le jugó alguna mala pasada en el plano mental, le teletransporta a pensar en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028: "Mis sensaciones son de muchas ganas, mucha ilusión, y bueno, con ganas de volver a vivirlo dentro de cuatro años".
Cualquiera puede pensar que, tras haber logrado una medalla olímpica, resulte difícil alcanzar un éxito mayor. Si bien, no conocen el hambre de esta selección... "Esto solo es un empujón. Somos un equipo muy joven, nos quedamos mucho por delante, y esto no es el techo para nada, esto es el principio. O sea, quedan añitos, quedan por fortuna, quedan, quedan".