Mateusz Ponitka y
Rodrigo San Miguel hicieron valer el debut de
Fotis Katsikaris en el banquillo del
Tenerife, con dos actuaciones redondas, en un duelo donde ganaron los locales con un juego mate, pero más coral que el del Real Betis.
El
Real Betis jugó desnudo el primer parcial, dejando al aire todas sus lagunas, sin un liderazgo claro, sin juego colectivo ni comunicación defensiva. El cuarto fue tinerfeño, llegando a gozar de una renta de 13 puntos (24-11), gracias a la eficiencia de sus ataques, de las rotaciones de
Fotis Katsikaris y al guante de
Rodrigo San Miguel desde la línea de tres (4/6). El
Iberostar aprovechó la falta de sacrificio del
Betis para acabar el asalto con un 26-19, tras un triple de
Mikel Úriz, que sirvió para maquillar la pobre imagen verdiblanca.
Oderah Anosike, ansioso, se vio sobrepasado
Mike Tobey.
Quintana apostó por
Alfonso Sánchez de salida, y un juego más táctico, para intentar la recuperación en el segundo 'round'. Con dos acciones de
Luke Nelson y
Vladimir Golubovic, los sevillanos recortaron hasta el 28-24, pero no supieron sacar rédito a las pérdidas de los locales, tras el paso adelante en defensa de
Úriz,
Nelson y el jiennsense, que metió al equipo en apuros tras una antideportiva (37-27). El cuarto estuvo dominado por los nervios y los fallos, con parones en el marcador y con un
Tenerife, que sin brillar, ampliaba su colchón, logrando la máxima diferencia hasta el momento (44-29, 15 puntos). Dos triples, en esta ocasión de
Josep Franch, uno de los 'damnificados' desde la llegada del técnico cántabro, y
Dontaye Draper colocaron el 46-35.
Tras el descanso, los focos fueron para
Mateusz Ponitka, que terminó con 19 puntos y 29 de valoración. Con inteligencia y fuerza capitaneó a los suyos, mientras la ofensiva del
Betis era sostenida, a duras penas, por
Sánchez. Con un 60-51 el
Betis quiso meterse en el partido, pero el cambio de actitud no y el plus de moral no llegaron, a pesar de los intentos de
Quintana desde la pizarra.
El
Betis afrontó el último parcial 16 puntos abajo (70-54), víctima de una anarquía ofensiva y de mucha, mucha ansiedad.
Rade Zagorac gozó de sus primeros minutos, y estuvo correcto aportando tres puntos. Los isleños, con un gran
Fran Vázquez, llegaron a colocarse 74-54, demasiado peso para un
Betis desalmado, que volvió a perder la batalla en todas las facetas del juego.