El
Joventut tomó oxígeno a costa de un
Real Betis irregular, a ratos sin alma, que no tuvo el carácter suficiente para aprovechar los parciales positivos, desconectándose del partido y sin fuelle interior, tras las prontas eliminaciones de
Oderah Anosike y Vladimir Golubovic, que obligaron a
Ryan Kelly a bregar en la pintura con
Jerome Jordan, el mejor de la 'Penya', que de nuevo estuvo inspirado.
La ansiedad por la victoria se notó en el primer parcial, con imprecisiones, pérdidas y desajustes, propios de dos equipos ansiosos. Anosike se borró en el 1:45 tras cometer dos prematuras faltas, mientras
Joventut gozó de las primeras rentas (10-8). Desde la pintura, y un con activo
Golubovic, el
Betis se apuntó un parcial de 3-10 para ponerse ocho puntos arriba (10-18). Los locales ajustaron la defensa para responder con un 9-2 gracias a un triple de
Albert Ventura y los primeros puntos de
Maalik Wayns con la camiseta verdinegra. Con un igualado 19-20 acabó el primer acto, marcado por la impaciencia y la ausencia de mimo hacia el balón. Aunque no salió de inicio, Alejandro Martínez volvió a contar con
Donnie McGrath.Desde el banquillo,
Diego Ocampo pidió a los badaloneses "un cambio de cara" y "contundencia", dos consejos que no tomaron a la ligera. Los sevillanos, sin
Anosike desde el arranque, perdieron el control del partido en el 3:20 del segundo cuarto (26-24), tras un ataque liderado por
Tomasz Gielo.El
Betis volvió a demostrar su irregularidad antes del descanso, lastrado por 12 pérdidas, falto de concentración, aunque dominando el rebote, faceta que a la postre casi igualó
Joventut (38-37).
La victoria fue para quien más la deseó. El paso por vestuarios activó a los de
San Pablo, que tras un parcial de 2-10 se pusieron cinco arriba (40-47), con un jugadón de
Nobel Boungou-Colo y Luke Nelson, lo que encendió las alarmas de
Ocampo que sacó al parqué a
Patrick Richard. Él solo se bastó para anotar un 8-0 y poner un inquietante 60-53 antes del último asalto.
La historia se volvió a complicar para el
Betis que acumuló un sonrojante parcial de 23-6. A falta de cuatro minutos para el final los visitantes se quedaron sin pívots, y aunque tuvieron opciones de forzar la prórroga (79-76, a falta de 42 segundos), la veteranía de hombres como
Sergi Vidal terminó condenándoles. Este
Betis es incapaz de amarrar un partido.