Mucho ha crecido el
C.B. Sevilla desde que, tras los vapuleos de Murcia y Bilbao,
Roth restringió los minutos a los que menos rendían para empezar a dárselos a los que estaban ganándoselo. Pero no sólo ha crecido por su juego o por los resultados que le acompañan desde entonces, sino por centímetros, porque si alguien que fue importante el pasado año estaba siendo infrautilizado ese era
Balvin.
La torre checa, ante el
Real Madrid, igualó su tope de minutos de la temporada, con 17, hizo lo propio con el tope de puntos (10), no falló ni un tiro (5/5), cogió un rebote menos que en sus dos mejores actuaciones en este apartado, completó su mejor valoración del curso (15) y dejó la sensación de que, con
confianza, es un arma temible, al que los pívots merengues no pudieron parar en pista cuando le llegó el balón.
Roth le dio minutos importantes y, curiosamente, su salida de pista coincidió con el despegue definitivo del líder de la
Liga. “Yo intento aprovechar los minutos que me da el entrenador y tratar de ganar en confianza. Y si juego, trato de sacar siempre lo mejor”, afirmaba el propio
Balvin tras cuajar su mejor actuación, al tiempo que le daba la razón al técnico norteamericano y reconocía que su ostracismo inicial se debía a un bajo estado de forma. “Al principio estaba atravesando un momento bajo, pero poco a poco estoy subiendo mi nivel. Y trato de
aprovechar todas las oportunidades, los entrenamientos incluidos, para mejorar”, afirmó.
Ante los blancos dominó junto a
Willy la zona y fue uno de los motivos por los que el equipo estuvo vivo hasta el final, superando en el número de capturas a su rival. Todo, sabiendo que tenía enfrente a otro coloso, Mejri, a dos ex estrellas de la
NBA, Nocioni y Ayón, y a un estratosférico Felipe Reyes. “Yo no me siento inferior a ellos. No estoy pensando si ellos han jugado la NBA o juegan
Euroliga, porque si no me meto en un lío. Y si pienso que son mejor que yo me asusto. Me digo que juego ante personas como yo que cada día se levantan, desayunan… Somos iguales aunque uno pueda ser mejor en la cancha”.
De hecho, lo demostró. Y cuando le llegó el
balón, les demostró que con él no podían.