La ciudad del Betis, como la llaman los irreductibles que evitan citar al eterno rival, se ha vestido de verdiblanco con la tercera Copa del Rey lograda por el Betis ante el Valencia en una tanda de penaltis agónica tras la que la isla de La Cartuja y el estadio de su nombre se ha convertido en el epicentro de la euforia verdiblanca en una noche que en Sevilla se presume muy larga.
Son dos ejes oficiales, La Cartuja y el Villamarín, pero tantos más como casas, peñas y similares que han tenido la televisión puesta y que cuando Juan Miranda marcó el penalti decisivo se han echado a la calle para explayarse, para sacar todo lo que el beticismo lleva dentro desde hace, al menos, dos décadas de sufrir.
El capote de Joaquín sobre el césped y las canas del 'Faraón de Camas' han sido este sábado glorioso y sufrido para el beticismo el hilo de continuidad con el título del Betis de hace diecisiete años en el Vicente Calderón, que desde hoy compartirá en el beticismo el título de estadio fetiche.
El Benito Villamarín, con los cuarenta mil espectadores que han visto el partido en la pantalla instalada por el Betis, y La Cartuja, con sus veinte mil oficiales, una vez terminada la fiesta tras la agonía de los penaltis, se han dirigido a la Plaza Nueva, centro de la ciudad y escenario de las celebraciones béticas para cumplir con el cántico que se ha convertido en emblema de esta Copa del Rey.
El Betis 'alé', a "la Plaza Nueva hay que volver' lo han tomado al pie de la letra los muchos miles de béticos que se han dirigido al centro de Sevilla, junto al conquistador de la ciudad, el 'Rey don San Fernando', como lo bautizó el roquero sevillista Silvio, bajo cuyos pies hay un maestro de obras puso para los restos el escudo de las trece barras.
Es en estas horas de la noche el escenario de la euforia bética, que sigue con sus jugadores en el estadio de La Cartuja y que, tras las celebraciones que quepan esta larga noche, tendrán su continuidad mañana por la tarde.
El equipo del chileno Manuel Pellegrini tiene hoy la noche libre y no será hasta mañana cuando compartan con el beticismo el triunfo que hoy rubricó en la tanda de penaltis el canterano verdiblanco Juan Miranda.
A partir de las cinco de la tarde, el autobús del Betis saldrá desde el Benito Villamarín por la avenida de la Palmera hasta la Catedral de Sevilla, donde está previsto que se le ofrezca la Copa del Rey a la patrona de la diócesis, la Virgen de los Reyes, y tras lo que la expedición bética irá al Ayuntamiento de la ciudad del Betis y terminará la celebración en su estadio.