Inmortalizado en Volendam el 'mariscal' Gerrie Mühren, mítico exjugador del Betis

Inmortalizado en Volendam el 'mariscal' Gerrie Mühren, mítico exjugador del Betis
El 'mariscal' Gerrie Muhren, inmortalizado en Volendam - C. B.
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El 'Mariscal' holandés Gerrie Mühren (1946-2013), el 'jefe' del Ajax de Amsterdam de las tres Copas de Europa, como lo bautizó Johan Cruyff, a quien le puso el '14' en su camiseta para siempre, ya es inmortal en su localidad natal de Volendam con un monumento en el que, como hacía, pisa el balón y mira al frente.

Gerardus Dominicus Hyacinthus Maria Mühren, de los jugadores más elegantes que han pisado un terreno de juego, ha sido recordado por el Betis, donde sentó cátedra desde 1976 a 1979 tras llegar por petición del húngaro Ferenc Szusza y donde disputó 99 partidos oficiales, 86 de Liga, 8 de Copa del rey y 5 de la Recopa de Europa.


El monumento a Mühren, obra del escultor Jans van Baarsen y ubicado en el complejo del club de fútbol RKAV Volendam, ha sido inaugurado por el seleccionador holandés, Louis van Gaal, aunque el auténtico monumento es el de la memoria de un jugador que aún es recordado por una jugada de siete toques seguidos en el Bernabéu.


El mismo Mühren recordó en 2010 en una entrevista al diario 'As' que recibió un pase largo en el centro del campo, controló la pelota y, sin dejar que cayera, y le dio siete toques mientras "¡todo el público aplaudía!" semejante alarde: "vi que a mi espalda (Ruud) Krol se incorporaba al ataque. Era un recurso hasta que llegara. ¡Y lo hice bien, porque todos los jugadores del Madrid se quedaron mirando lo que hacía y dejaron de defender!", explicaba.


Gerrie Mühren formó principal del mítico Ajax de las tres Copas de Europa (1971, 1972 y 1973), el germen de la "Naranja Mecánica" que fue subcampeona del Mundo en 1974 tras perder la final ante la anfitriona Alemania de Franz Beckenbauer.


Era ese Ajax en blanco y negro que dominó el fútbol europeo de los primeros años setenta del siglo pasado, el de los Krol, Suurbier, Neeskens, Rep o Keizer de largas melenas y enormes patillas y, sobre todos ellos, el de la figura estelar del fallecido Johan Cruyff.


Un día, se perdió la camiseta de Mühren con el dorsal '8' y Cruyff, quien le llamaba 'El jefe', le cedió la suya con el '9' y jugó ese día con el '14' que ya portó siempre, recordaba en una entrevista el que fue bautizado como el "Mariscal" en la Sevilla de hace cuarenta años a la que llegó para jugar en el Real Betis y en la que dejó estela entre 1976 y 1979.


Líbero o centrocampista, Gerrie Mühren llegó al Real Betis que primero entrenaba el húngaro Ferenc Suszsa, quien lo había ascendido en la temporada 1974-1975 y quien, tras su marcha, fue sustituido en el banquillo verdiblanco por el vasco Rafael Iriondo.


En ese Betis jugaban los Esnaola, Biosca, López, Alabanda, Cardeñosa o Eduardo Anzarda en una época en la que, por las prohibiciones de los regímenes comunistas del Telón de Acero, aún existía la figura del apátrida y que en Sevilla la encarnaba el húngaro de nacimiento Attila Ladinsky.


En sus tres temporadas en el Villamarín, el holandés dejó sello de su elegancia y calidad exquisita; y aunque no pudo por su condición de extranjero jugar en la primera Copa del Rey que el Betis logró frente al Athletic de Bilbao, sí lo hizo al año siguiente en la extinta Recopa de Europa en la que los béticos eliminaron al Lokomotiv de Leipzig y al Milán.


Mühren, internacional con Holanda en diez ocasiones, abandonó el Betis con 33 años y siguió jugando seis años más en equipos como el Volendam (1979-1980), MVV Maastricht (1980-1981), Seiko de Hong Kong (1981-1983) y los holandeses D'S 79 (1983-1984) y nuevamente el Volendam, en el que se retiró en 1985.