Se reabre el debate del banquillo: Rubi, tocado... ¿y hundido?

Se reabre el debate del banquillo: Rubi, tocado... ¿y hundido?
El preparador catalán se va quedando sin apoyos. - Óscar Murillo
Óscar MurilloÓscar Murillo 6 min lectura
La mala imagen del Betis en El Gran Derbi de este jueves ha dejado muy tocado de nuevo a Rubi, que recuperó crédito y adeptos tanto dentro como fuera del club con el triunfo ante el Real Madrid (2-1) previo al parón por la pandemia del coronavirus, pero que vuelve a quedarse solo y señalado por su discreto planteamiento ante el eterno rival, así como la elección de un once que demostró no ya carecer de frescura mental y física, sino haber perdido conceptos tan básicos como la precisión en el pase o la coordinación táctica. 

No todas las culpas, obviamente, pueden recaer sobre la espalda del catalán, aunque las voces que defienden que tiene mucha mejor plantilla de lo que dictan los números y la clasificación son ya mayoría en Heliópolis. Acuciado por las estadísticas y cada vez más lejos de un objetivo, Europa, que se torna utópico con el paso de los días, al ex del Espanyol sólo lo mantienen en el cargo su capacidad de reacción en hasta cuatro ultimátums tácitos y explícitos durante el curso, su actitud y predisposición al trabajo, su flexibilidad y cordialidad, así como, sobre todo, la delicada coyuntura económica por la que atraviesan tanto el Betis como el fútbol español y mundial.

Con un contrato de tres años y más de dos por cumplir, la entidad verdiblanca realizó una fuerte apuesta el verano pasado por Rubi, afrontando el pago de su cláusula de rescisión (cercana al millón de euros) gracias a las cantidades que había perdonado Setién al marcharse, así como mejorando los emolumentos que recibía en Cornellà-El Prat y satisfaciendo sus peticiones, como en el caso de Borja Iglesias (28 millones de euros). El discurrir de las jornadas, tras el lógico periodo de adaptación y el margen de cortesía, ha demostrado que el proyecto le viene grande.

En estos momentos, el debate en el seno del consejo de administración, especialmente en el seno de la comisión deportiva, es intenso. Alexis ya dejó clara su visión en la comparecencia posterior al derbi, detallando la falta de competitividad, compromiso, presencia y personalidad del equipo, mientras que algún miembro de peso sigue defendiendo que ha habido factores externos que han perjudicado al del Maresme. Con todo, el mensaje indirecto a él (por su participación en la planificación del próximo curso) y directo hacia los medios ha sido siempre durante el Estado de Alarma que iba a seguir, aunque, según ha podido saber ESTADIO, cada vez está menos claro.

Este periódico ya reveló que, en la penúltima crisis por la que ha atravesado Rubi en su incipiente etapa bética, los rectores verdiblancos acordaron que terminaría la 19/20 (antes de conocerse que habría un 'impasse' de casi tres meses) o que, en el peor de los casos, se recurriría a un interino (Alexis y/o Merino), ya que los técnicos de nivel a los que se había sondeado (Marcelino, Pellegrini, Gracia) se negaban a tomar las riendas con menos de media Liga por disputarse y preferían confeccionar su proyecto desde el principio en verano. Incluso, se generó un consenso en la planta noble del Benito Villamarín acerca de la figura del navarro, al que todos veían como el relevo ideal.

La crisis que ha provocado la propagación de la Covid-19 y su implicación en el fútbol, con una considerable reducción de ingresos por abonados (por la obligación de devolverles el dinero de los encuentros que se van a disputar a puerta cerrada y la incertidumbre sobre cuándo podrán volver a los estadios), ticketing, merchandising y televisión, ha reordenado las prioridades en todas las sociedades deportivas, incluida la de La Palmera. El impulso anímico que supuso el triunfo ante el Madrid y el coste que supondría rescindir a Rubi para apostar por un entrenador de garantías (con el doble, como mínimo, de caché) desaconsejaban movimientos drásticos, pero el derbi ha vuelto a dejar solo al otrora responsable de Huesca o Levante.

La secretaría técnica, cumpliendo con su labor pero también intensificándola, tiene órdenes de reactivar el dossier existente con técnicos de prestigio para hacerse cargo del Betis a partir de la 20/21, aceptándose pocas alternativas nuevas dento de una 'short list' muy meditada. Hay que actualizar pretensiones (monetarias y deportivas), disponibilidades y perfiles. No se pude volver a errar, porque una tercera campaña seguida sin premio europeo sería letal para la marcha Betis y el prestigio de la sociedad. El casting está de nuevo en marcha y, visto lo visto, solamente un milagro en las diez jornadas restantes evitará el despido de Rubi, un míster abnegado y que genera simpatías, aunque convertido en antipático, a la postre, por sus paupérimos resultados.