Avanzó ESTADIO Deportivo el pasado lunes que
Tonny Sanabria dejaría de ocupar plaza de extranjero, estando muy cerca de obtener el pasaporte español y, por tanto, la doble nacionalidad. Un
trámite que llevaba bastante tiempo solicitado y que en esta semana había
entrado en su fase final, una vez que el pasado 1 de octubre se dirigiera el delantero guaraní a los juzgados de Viapol para jurar la nacionalidad, hecho por el que se vio obligado a llegar tarde al entrenamiento programado por
Quique Setién.
Con cita previa para obtener el DNI español y, por tanto, poder dar por cerrado todo el proceso, ese era el único formalismo que entonces impedía dar por cerrado al cien por cien su nuevo estatus de
futbolista comunitario, algo que ya ha conseguido después de que
este pasado viernes se hiciera con el citado documento nacional de identidad.
Con ello, Sanabria no sólo
deja de ocupar plaza de extranjero, sino que también
libera un plaza en el Real Betis Balompié que Lorenzo Serra Ferrer, el próximo mes de enero, bien podría utilizar con la intención de reforzar la plantilla con algún foráneo, siendo el
japonés Inui y el brasileño Sidnei los únicos extranjeros que pueblan a día de hoy el vestuario que lidera Quique Setién.
Sanabria, por tanto, goza hoy por hoy de una doble razón para sonreír. Más allá de su doble nacionalidad, el pasado jueves, frente al Dudelange, en la segunda jornada de la fase de grupos de la Europa League,
estrenó su cuenta goleadora en esta 18/19; un primer gol que celebró de una forma controvertida. Un gesto hacia la grada que algunos interpretaron como un mensaje para la afición por las críticas a su sequía goleadora. Aunque nada más lejos de la realidad. El gesto iba dedicado a un amigo, que confirmó horas después que era él el destinatario de la dedicatoria.