El Betis Basket ha vivido un año muy convulso, con problemas de la antigua propiedad del Grupo XOY, múltiples contratiempos económicos, y en definitiva, penurias varias que han hecho que todo lo que ha rodeado a los de Bruno Savignani haya sido muy complicado. Eso sí, el equipo ha respondido donde tenía que hacerlo, en la cancha. Allí han conseguido clasificarse para los playoffs de ascenso a la ACB, tras quedar en el noveno puesto, y luego, casi se la lían a uno de los favoritos, el Estudiantes, que al final acabó a un paso de conseguir una plaza que fue para el Lleida. No obstante, esa superación de las expectativas va a venir acompañada de un cambio, no de equipo ni de jugadores, aunque se haya vendido a la estrella, Joaquín Rodríguez, si no de propiedad.
Todo apunta que el nuevo propietario será el Grupo Hereda, que fuera patrocinador del San Pablo Burgos en la ACB, y ahora mismo son los máximos accionista del Orense Baloncesto. Las opciones de adquirir al Real Betis eran dos; la de los hermanos Crespo, unos empresarios sevillanos que abogaban por retomar el espíritu del mítico Caja San Fernando, y dejar al lado la marca Real Betis. Y por otro lado la de Hereda, un grupo de expertos en genealogía, tramitación de herencias yacentes nacionales e internacionales y compra de derechos hereditarios que ha mejorado la oferta local.
Según apunta El Desmarque, la venta tiene que hacer oficial más pronto que tarde, ya que el límite que hay para presentar la inscripción a a la nueva Primera FEB, es el próximo 12 de julio, es decir, dentro de diez días, por lo que no pueden demorarse. Eso sí, apuntan a que la negociación está muy avanzada y solo faltan unos pequeños flecos, por lo que prácticamente se puede dar por hecho que el Real Betis Baloncesto va a tener nuevos propietarios, y que va a seguir siendo el Real Betis.
La misma información explica que uno de los objetivos de mantener la marca es que se siga con la apuesta por la cantera que ha hecho la entidad, la cuál es ahora mismo una seña de identidad de la sección, y que además va a servir cada vez más para nutrir de jugadores a un grupo que pase lo que pase, después de lo visto en la 2023-24, tiene al menos derecho a soñar con el ascenso a la Liga Endesa, aunque la competencia va a ser apabullante.