Alberto Gálvez
¿Por qué le cuesta tanto a los deportistas españoles retirarse a tiempo? Es la pregunta que me hago desde hace mucho tiempo. Y sólo encuentro una respuesta: son malos inversores.
Nuestras leyendas del deporte son varias. Todos apuntan ahora a que Rafa Nadal ha sido el mejor deportista de todos los tiempos, por el enorme legado que ha dejado en el tenis, por su personalidad y por las grandes hazañas que ha dejado sobre la arcilla. Pero para gustos colores y según qué disciplina y la edad que tengamos podríamos tener a un favorito. Sólo en el fútbol ya es difícil decantarse por uno, ya que son varios los que nos han hecho vibrar gracias a una generación dorada. Eso sí, todos cumplen con el mismo patrón.
Ni siquiera Pau Gasol se retiró como a él le hubiese gustado después de hacer historia en la NBA, donde jugó 18 temporadas. "No he acabado de digerirlo, me hubiera gustado no perder y contribuir mucho más en este partido, pero no ha podido ser. Me hubiera gustado ganar, me da igual todo lo demás. Estoy asimilando que es mi último partido con la selección, ha sido una etapa maravillosa", afirmó el catalán tras despedirse en los Juegos Olímpicos de Tokyo.
¿Tan difícil es hacer lo que hizo Toni Kroos? El alemán alargó su carrera lo mínimo (34 años) para irse por la puerta grande. Se retiró en el Real Madrid conquistando su sexta Champions League y se despidió de Alemania en una Eurocopa, donde cayó en cuartos de final frente a España que, a la postre, sería campeona del torneo.
Por el camino, un sinfín de futbolistas españoles que no han sabido decir adiós en el momento oportuno, bien por querer demostrar que todavía estaban aptos para competir al máximo nivel o bien por la seducción de los petrodólares. Ni Joaquín Sánchez se quedó satisfecho con su segunda Copa de Rey en el Real Betis, ni Xavi Hernández o Iniesta pudieron resistirse a hacer crecer sus arcas en el continente asiático. El manchego, hasta este mismo año no ha colgado las botas después de una larga gira por equipos desconocidos y estadios semivacíos.
Se me quedarán decenas de casos en el tintero, pero lo que deseo es que Sergio Ramos no haga lo mismo que Rafa Nadal, aunque tiene toda la pinta que sí lo hará. Es el central más laureado de toda España, aunque ahora los más pequeños lo puedan confundir con un influencer más. Que no digo que no haya que adaptarse a los nuevos tiempos, pero entre su papel en la UFC como acompañante de Ilia Topuria y sus cantes con Canelita o los Yakis, al final, su imagen como el mejor defensa de la historia de España y uno de los mejores del mundo puede acabar difuminándose.
Muchos pensaban que firmó con el Sevilla para colgar las botas y marcarse un 'Joaquín' en el Betis, pero finalmente sólo saldó una cuenta familiar pendiente. No hubiese sido este un mal broche porque, pese al mal arranque que tuvo y pese a no ganar ningún título, fue uno de los que salvó al equipo de volver al infierno de Segunda División. Al menos, hubiese sido una despedida sentimental.
Se equivocó con el pulso que le tendió a Florentino Pérez en su día, no hay quien dude de eso. Hasta él mismo se tiene que estar arrepintiendo de eso porque, de lo contrario, quién sabe si todavía no estaría con la capitanía blanca.
Ahora, tal y como ocurriera antes de fichar por el Sevilla, sólo sabe subir entrenamientos caseros para demostrar lo mucho que se cuida y se esfuerza por mantenerse en forma. Pero lo que se le olvida a Ramos es que el tiempo no perdona y menos en el fútbol. Que sus últimas hazañas quedan ya muy atrás y que encontrar un proyecto acorde a su palmarés es a día de hoy imposible. Ojalá me equivoque, pero pienso que acabará imitando a Rafa Nadal y su retirada será fría y desagradable. Salvo que firme por el Camas y haga campeón al equipo de su pueblo. Sólo así me callaría la boca.