Rafa Nadal anunciaba hace poco más de una semana la renuncia a aparecer en el ATP250 de Qatar de esta semana para el que había recibido un 'wild card'. El tenista mallorquín aseguraba que aún no estaba "listo para competir".
“Me hubiera encantado jugar en Doha, donde el equipo del torneo, así como los aficionados de Qatar, siempre me han apoyado enormemente. Desafortunadamente, no estoy listo para competir y no podré venir donde realmente quería estar y jugar de nuevo después de esa inolvidable victoria en 2014″, publicaba Rafa Nadal y dejaba caer cual era su plan de futuro.
“Me concentraré en seguir trabajando para estar listo para la exhibición en Las Vegas y el increíble torneo de Indian Wells”, añadía entonces el tenista español.
Se intuía que señalaba ese primer Master 1.000 de la temporada y el partido ante Carlos Alcaraz del domingo 3 de marzo porque eran los dos primeros objetivos a la vista. Sin embargo, había más. Ayer se publicaba la lista de inscritos para el siguiente Master 1.000, el de Miami, con los jugadores de ránking protegido incluidos, y Rafa Nadal no aparecía.
El tenista balear hará esa reaparición en el desierto norteamericano y ya se centrará en la temporada de tierra batida que viene a continuación, renunciando a un torneo de Miami que nunca ha ganado, aunque fue la primera gran final que jugó en su carrera, hace 19 años.
Rafa Nadal no juega en Miami desde hace siete años, cuando disputó la final -y perdió- ante Roger Federer. Y, salvo que vaya a recibir un 'wild card' de última hora, no estará este año tampoco.
El objetivo del tenista español, según dejó claro tanto él como Carlos Moyá a principios de temporada, está en la primavera y Roland Garros. Y, entre medias, Montecarlo, Barcelona, Mutua Madrid Open y Roma, aunque está por ver qué torneos jugará y cuáles no. O hasta donde forzará para llegar en buenas condiciones al torneo de París, que es el que tiene entre ceja y ceja.
"En primavera, alrededor de marzo o abril" se podría ver su "mejor versión", decía en enero su entrenador Carlos Moyá. El problema es que, desde entonces, sólo jugó los dos siguientes partidos y va ha estado otro mes y medio parado. "Creo que necesitará unos diez partidos para coger confianza, recuperar el ritmo de competición y recuperarse después de un partido difícil. Sé que volverá a su mejor nivel porque mentalmente está presente y tiene esta intensidad. La pregunta es ¿cuándo?", señalaba. El objetivo era abril y lo sigue siendo.