Entrenar a las estrellas tiene su mérito, sobre todo, en el aspecto psicológico. Saber manejar el ego de los 'cracks' mundiales no debe ser nada sencillo. Pero más valor tiene apostar por alguien desconocido para la inmensa mayoría porque sabes que tiene talento, pulirle y convertirlo en número uno del mundo. Y esto es precisamente lo que ha hecho el extenista valenciano Juan Carlos Ferrero con Carlos Alcaraz.
Hasta aquí incluso podríamos encontrar múltiples casos que se han dado. Pero lo del de Onteniente va más allá de lo normal. Porque antes de ponerse manos a la obra con el murciano, llamaron a sus puertas grandes figuras de este deporte y algunas otras incipientes. Y todas las rechazó por el mismo motivo: Carlos Alcaraz.
Según apunta OK Diario, le llegaron ofertas muy suculentas desde el punto de vista económico de Dominic Thiem, Juan Martín del Potro o Simona Halep. Y mientras su entorno no llegaba a comprender dicha decisión, Ferrero estaba plenamente convencido de que aquel niño de 15 años podía coronarse algún día en el tenis mundial y codearse con las grandes figuras del momento.
Ahora todos ven el talento de un jugador que ha ido rompiendo récords de precocidad hasta convertirse, con apenas 19 años, en el número uno más joven de la historia de la ATP. Pero detrás de dicho talento están muchas horas de trabajo en la pista con Ferrero y muchos kilómetros de carretera para intentar moldearle.
"Al principio hubo muchos entrenadores y mucha gente que cuando cogí a Carlos me decían: ‘¿Dónde vas? Si tú has sido número uno del mundo. ¿Cómo te vas a meter con un crío a viajar en coche de aquí para allá?", comentó en su día Ferrero en una entrevista en El Larguero.
Conviene recordar que Ferrero colgó la raqueta a finales de 2012 y que también llegó a ser número uno del mundo tras conquistar el Roland Garros y la Copa Davis. Luego decidió fundar Equelite JC Ferrero, su academia, en la que también asesoraría a tenistas profesionales. Posteriormente, entrenó a otra joven promesa por aquel entonces, Alexander Zverev, pero cuando este explotó la relación entre ambos se deterioró y decidieron prescindir de sus servicios.
Ahora, Ferrero ya es considerado como uno de los mejores entrenadores del mundo gracias a esa apuesta personal que hizo en su momento y que ha permitido, por el momento, que Carlos Alcaraz ya haya saboreado el número uno del mundo durante ocho semanas.