Ya ha levantado su primer Grand Slam de la temporada, pero lo que más desea este año Jannik Sinner es que se le pongan punto y final a su escándalo tras dar positivo en clostebol el curso pasado.
Y es que si hay una fecha marcada en rojo en el calendario del tenista italiano no es otra que el 16 y el 17 de abril, que será cuando se lleve a cabo el juicio en el que el Tribunal de Arbitraje Deportivo dictamine si vuelve a ser sancionado por dopaje o no.
Tras el veredicto del tribunal independiente de la ITIA, la WADA solicita para él un nuevo castigo frente a una corte de justicia superior. Y su portavoz, James Fitzgerald, hace temer lo peor con sus declaraciones en La Stampa y una insólita sanción para el transalpino cobra más fuerza que nunca: "Creemos que el veredicto de 'sin culpa y sin negligencia' fue incorrecto bajo las leyes actuales, y pedimos que haya un periodo de suspensión de entre uno y dos años. La WADA no pide la cancelación de ningún resultado, excepto los que ya fueron cancelados en la primera sentencia".
Por si fuera poco, alega que han sido los propios deportistas quienes en los últimos meses, lejos de defender a Sinner, han pedido castigos más duros para este tipo de circunstancias: "Somos conscientes de los problemas generados por la contaminación y luchamos contra ellos. A lo largo de los años, el umbral mínimo de varias sustancias se ha ajustado para asegurar justicia con los deportistas que ingieren de manera involuntaria una sustancia prohibida, además de protegerles de aquellos que hacen trampas. Puedo confirmar que las reglas relacionadas con la contaminación están siendo revisadas en estos momentos".
Asimismo, ha hablado alto y claro sobre los métodos que existen para ocultar dichos dopajes: "Es conocido que hay varias sustancias que se toman para enmascarar la ingesta de otras que están prohibidas. Por tanto, es necesario que esos agentes enmascaradores estén presentes en la lista de sustancias y métodos prohibidos".
Por último, Fitzgerald cree que la mejor manera de evitar sanciones como estas es que los deportistas den explicaciones concretas y ofrezcan pruebas claras en los casos en los que sientan de verdad que han sido contaminados involuntariamente: "Si un deportista que da positivo por una sustancia prohibida no tuviese que explicar de dónde sale, o cómo entró en su sistema, sería demasiado fácil que los tramposos pudiesen escapar a sanciones importantes".