Wimbledon no para de sorprender, mostrando a nuevos talentos durante cada partido. Una de las tenistas que se ha llevado toda la atención en el último momento ha sido Marketa Vondrousova, la cuarta checa que llega a la final del torneo inglés. Con esto, el mundo ha podido observar las grandes jugadoras que salen preparadas del mismo país, como si se tratase de una fábrica.
Primero, Karolina Muchova se plantó hace un mes en la final de Roland Garros con Iga Swiatek dejando asombrados a los espectadores y seguidores de este deporte, y ahora poco después otra tenista destacable, también checa, llega a Wimbledon para demostrar su valía.
Vondrousova nació en Sokolov, y a sus 24 años se ha convertido en toda una profesional posicionándose en el puesto 42 del ranking. Este mismo jueves ha demostrado su habilidad y presencia dentro del césped derrotando a su rival Elina Svitolina, por un doble 6-3.
Pese a que la ucraniana fuera eliminada, su juego fue claramente fantástico teniendo en cuenta que la temporada pasada tuvo que realizar un parón para ser madre. Tras ese periodo lejos de las raquetas, volvió más fuerte que nunca, llegando a enfrentarse a Vondrousova tras eliminar a la número uno, Swiatek. Pese al gran físico mostrado y el control de su juego, no pudo superar a la tenista checa, una deportista que mostró bastante superioridad desde el comienzo hasta el fin del encuentro.
Marketa Vondrousova regresa a una final de ‘Grand Slam’ después de cuatro años tras perder la de Abierto galo frente a la australiana Ash.
La tenista checa se ha convertido en la primera profesional no cabeza de serie que se planta en la lucha por el título en la hierba del All England Club dentro de la Era Open, y una de las características que más destacan en ella son sus tatuajes, un accesorio que adornan sus brazos.
"Mi primer tatuaje fue cuando cumplí 16 años. Fue una especie de regalo de cumpleaños. Me di cuenta que me gustaban y que quería más. Para mí es arte. Tengo a tres o cuatro artistas que me los hacen", comentó la gran tenista.
Vondrousova alcanzó la fama mundial en 2019 tras en Roland Garros, mostrando su fuerza y rendimiento, pues ni las múltiples lesiones vividas hicieron que parara.
Desde muy joven, estaba destinada a convertirse en una deportista de élite, algo que llevaba en la sangre, pues su abuelo fue campeón del país en pentatlón y su madre jugadora profesional de volleyball, por lo que apuntaba a seguir la profesión familiar.