En uno de sus mejores años como profesional, Novak Djokovic no pudo vivir su final soñado. El tenista serbio ha vivido un 2023 que nunca habría imaginado y más con 36 años. Ha jugado las finales de los cuatro torneos del Gran Slam, de los que ganó tres -sólo perdió Wimbledon, ante Carlos Alcaraz-, y revalidó su triunfo en las ATP Finals de Turin. Sólo le quedaba un último objetivo: ganar en Málaga las Finales de la Copa Davis 2023, en las que Serbia partía como favorita.
Sin embargo, la Italia de Jannik Sinner le cortó el camino en semifinales, en lo que era una final anticipada, algo que luego pudieron demostrar los transalpinos al derrotar con contundencia a Australia en la final.
La derrota fue de las que dejan huella. Después de que Kecmanovic superar a Musetti, Djokovic tenía la opción de cerrar la eliminatoria. Y, ante Sinner, tuvo hasta tres bolas de partido para hacerlo, pero se le escapó y el italiano acabó llevándose el encuentro. Por si no fuera suficiente, ambos se enfrentaron en el definitivo punto de dobles, el número uno serbio junto a Kecmanovic y Sinner con Sonego, y los italianos acabaron ganando y dejando fuera a Serbia.
"Es una derrota difícil de aceptar. Estuve toda la temporada pensando en esta semana con mi equipo de Copa Davis", señalaba un Djokovic al que se veía muy tocado. "Personalmente es una gran decepción. Cuando pierdes por tu país el sentimiento es aún más amargo. Asumo la responsabilidad, habiendo tenido tres puntos de partido y estando tan cerca de ganarlo. Es realmente desafortunado, pero esto es deporte", señalaba.
Djokovic se mostró humano y admitió que, esta vez, Sinner había sido mejor. "A este nivel y contra uno de los mejores jugadores del mundo todo sucede muy rápido. Fue difícil leerle". (...) Tiene uno de los golpes de derecha más rápidos que vi, le da mucha potencia. Pensé que tal vez iba a bajar su nivel en dobles, pero no fue así. Jugó a un nivel altísimo", añadía sobre un rival al que había doblegado de forma contundente seis días antes en Turín.
Por si la derrota no fuera ya dura para Serbia, su Federación también se encontrará con una denuncia y está por ver cómo acaba. La federación de tenis de Kosovo (FTK) ha advertido que denunciará ante la ITF y el resto de organizaciones deportivas internacionales a la selección serbia por cantar antes de los partidos de la Copa Davis de Málaga una canción que en Kosovo se considera una provocación nacionalista.
La canción, que Djokovic y compañía cantaron por primera ez en cuartos ante Gran Bretaña, señala en su letra que "la bandera serbia debe ondear desde Prizren (ciudad de Kosovo) hasta Rumija (una montaña de Montenegro)". "Es lamentable que este tipo de provocaciones con canciones nacionalistas se produzcan en grandes eventos deportivos, en especial en la Copa Davis que es el campeonato mundial del tenis", señala un comunicado de la FTK que publica el diario Koha.