El Masters 1000 de París empieza mañana lunes con muchos de los mejores tenistas del mundo jugando por un objetivo claro, el último torneo de este nivel de la temporada, además de para algunos de ellos, el clasificarse para las ATP Finals, pues hay aún dos dos puestos muy abiertos. Sin embargo, pese a que Alcaraz, Sinner y compañía sean los hombres a batir, en los últimos días se ha erigido un nombre más, seguramente muy sorprendente para la mayoría, pero que le puede dar un susto a cualquiera, el joven francés Giovanni Mpetshi Perricard, que ha conseguido el mayor logro de su carrera en Basilea y va a llegar pletórico.
Tanto por nombre como por ranking no parece ni mucho menos un hombre peligroso para los capos, sin embargo, por su perfil de jugador, lo va a ser. Y es que es un 'animal' físico de 2,03 metros y que tiene un arma infalible, el saque. Cuando le entran es imparable, más en pistas rápidas bajo techo, por lo que si es capaz de repetir en la capital gala lo que ha hecho en el evento helvético, hay que tenerlo en cuenta. Y es que ha ganado en Basilea gracias a veintidós saques directos y ninguna oportunidad de break ante Ben Shelton, lo que le ha servido para conquistar el segundo torneo de su vida, primer ATP 500, en dos sets por 6-4 y 7-6.
En el circuito siempre ha habido grandísimos sacadores capaces de ganar torneos solo con este arma, como pueden ser Ivo Karlovic o John Isner, pero ahora sin ellos, ha llegado este galo de 21 años a demostrar que se puede ganar así. Y es que tiene uno de los mejores saques del circuito, y en él se sostuvo para añadir al torneo de Basilea al de Lyon hace unos meses, el primero en su carrera.
Perricard, que inició la semana en el puesto 50 del ránking ATP, asciende casi veinte lugares en la clasificación y será el 31 desde este lunes, en caso de mantenerse esto le haría ser cabeza de serie en los Grand Slams, pero mientras, su siguiente objetivo es París, donde jugará mañana o pasado ante Frances Tiafoe. Solo por el hecho de ser local hay que tenerlo en cuenta, pero en caso de que, en una pista tan rápida como la de Bercy, consiga mantener el nivel sirviendo, tiene muchas opciones de llegar muy lejos.