Jessica Pegula llegaba al US Open con una oportunidad inmejorable de conseguir su primer Grand Slam, ya que venía de una gira norteamericana casi perfecta, en la que se había hecho con el WTA 1000 de Canadá y alcanzado la final del de Cincinnati. Pero pese a eso, tenía el problema de que la experiencia con ella decía que cada vez que llegaba con opciones a un grande, se deshinchaba y acaba perdiendo de muy mala manera, y ha tenido que ser en casa, en Flushing Meadows, donde diera un golpe sobre la mesa y alcanzara las semifinales a lo grande, arrasando a la número 1 del mundo, Iga Swiatek.
La de Búfalo arrolló a una Swiatek tremendamente errática por 6-2 y 6-4 en una hora y 28 minutos para clasificarse por ponerse por primera vez en su carrera a dos triunfos de un 'grand slam', y pasar los cuartos tras siete intentos. Y con su pase a la penúltima ronda, sumado a los de Emma Navarro en la WTA y Taylor Fritz y Tiafoe en la ATP, son cuatro los locales que lucharán por el título. Estados Unidos no contaba con cuatro semifinalistas en el último 'grand slam' del año desde el lejano 2003. Aunque eso sí, mientras que en los chicos no ganan desde que lo hiciera Andy Roddick precisamente ese año, en la WTA Coco Gauff se impuso el año pasado.
Pese a su estado de forma, la favorita era Swiatek, que acumulaba un perfecto balance de 11 victorias y cero derrotas ante tenistas estadounidenses este año. Pero ya desde el principio se vio que no era su noche, y cedió dos 'break' seguidos e iba 3-0 abajo cuando solo había pasado un cuarto hora. Y es que el servicio de Swiatek fue un drama en el primer set, al igual que su juego en general, con 19 errores no forzados. Por eso, Pegula se limitó a hacer una primera manga muy sólida y segura, limitando sus fallos y aprovechando todos los regalos que le venían del otro lado de la red, para cerrarla con un cómodo 6-2.
El segundo capítulo apuntaba a drama absoluto para Swiatek, que perdió su segundo turno al saque y parecía irse directa al precipicio, pero esta vez supo reaccionar y devolver la rotura, pero no conseguía encontrar el ritmo ni su mejor nivel ante una Pegula imperturbable, muy concentrada y que lo devolvía todo. Con 3-3 y tras un juego larguísimo, Pegula volvió a anotarse un 'break' y, sin perder mucho más tiempo, cerró un triunfo enorme ante una Swiatek irreconocible y que se despidió de Nueva York con 41 errores no forzados por 22 de su rival.