Se filtraba en la prensa deportiva francesa que
estaba convenciendo a Thomas Tuchel, hasta el punto de que en el
París Saint-Germain estimaban como
una excelente operación ejercutar la opción de compra por
Sergio Rico, de 10 millones de euros, que había negociado con el Sevilla FC en el préstamo del cancerbero. Todo dio un vuelto, sin embargo, el pasado 23 de febrero. Un 23 de febrero fatídico.
Hasta entonces, el canterano nervionense había disputado
siete encuentros (tres de Copa de Francia, dos de Copa de la Liga, uno de Ligue 1 y otro de Champions), pero el del Girondins de Burdeos, en el que fue titular por sorpresa, podría haber sido el último de Rico como portero del PSG, dado que acabó muy señalado.
El cuadro parisino terminó ganando ese envite, por
4-3, si bien, salvo en
el imparable tanto de Rubén Pardo, tuvo una serie de
errores inexplicables y desde el primero se mostró
tremendamente nervioso.
Desde entonces, no se ha vuelto a hablar en la capital gala de la continuidad del meta aún propiedad del Sevilla FC. Más bien al contrario, las últimas noticias hablan de la posibilidad de que el PSG se haga con los servicios de un
Gianluigi Donnarumma que no renueva con un AC Milan prácticamente obligado a hacer caja con éste verano.
A priori, el italiano competiría con
Keylor Navas, quien firmó hasta 2023, pues en el Real Madrid se están planteando seriamente quedarse en propiedad con
Alphonse Aréola.
En cuanto a Rico, le restaría, en el caso de regresar a Nervión, una campaña más con el Sevilla FC, siendo
su salario muy elevando, pero manteniendo un cartel importante
tras haber rendido en el Fulham, en su anterior préstamos, y haber pasado por uno de los clubes top de Europa, como el parisino.
Ahora mismo, por el coronavirus, está todo muy parado. El tiempo dirá, pero, por
su peculiar relación con la grada del Sánchez-Pizjuán,
no parece que vaya a regresar a la capital hispalense pare quedarse.