Siempre que tiene la oportunidad,
Ivan Rakitic vuelve a la capital hispalense, donde se siente como en casa. De aquí es su esposa y aquí desea retirarse. "
Para mí sería un sueño poder volver a jugar con la camiseta del Sevilla en el Pizjuán", declaró no hace mucho. Pero su última visita a la ciudad puede alejarlo, paradójicamente, de ese regreso soñado.
Sólo 24 horas después de la debacle azulgrana en la
Champions, el croata se dejaba ver por la
Feria con su familia. Una foto compartida por
José María del Nido Carrasco, que luego borró en las redes sociales, fue el detonante. Las críticas de la afición culé no se hicieron esperar. Y tampoco en el seno del club catalán ha sentado nada bien. Tanto es así, que en la Ciudad Condal ya colocan al centrocampista en la rampa de salida, siendo uno de los grandes señalados por la negra noche de
Liverpool.
Con contrato en vigor hasta 2021 y con la promesa de una mejora de contrato que amenaza con llevarse el viento,
Mundo Deportivo aseguraba ayer que
Rakitic podría hacer las maletas rumbo al Inter de Milán, con el que el Barcelona estaría cerca de cerrar un acuerdo cifrado en
50 millones de euros.
Un
giro inesperado que, en clave sevillista, podría dar al traste con la posibilidad de que volviese a vestir de blanquirrojo. Con 31 años, firmar un nuevo contrato retrasaría, a priori, su hipotético regreso, pues en ningún caso firmaría por menos de tres o cuatro temporadas y, dado su caché, difícilmente el
Sevilla podría repatriarlo a una edad idónea mediante un traspaso. Otra cosa es que su rendimiento disminuyese, pero entonces quizás sería al
Sevilla al que ya no le interesase...