"Somos gente marinera y con eso no hay quien pueda". Así decía el lema con el que el
Deportivo de la Coruña presentó sus equipaciones al comienzo de la temporada. Una temporada que no ha sido precisamente la mejor de los últimos años, pues el conjunto gallego es uno de los grandes candidatos a descender a
Segunda División.
Un descenso que poco a poco iban asimilando los aficionados del Dépor pero ahora, la fe y la ilusión ha vuelto a los aledaños de
Riazor. El equipo de
Seedorf, que ha mostrado una leve mejoría desde la llegada del holandés, ha conseguido
dos victorias consecutivas que vuelven a dar esperanzas a los gallegos de una posible salvación.
Primero, el Dépor consiguió derrotar a un rival directo como el
Málaga en Riazor gracias a un gol de
Adrián en los minutos finales y después, el conjunto gallego consiguió ayer una victoria sufrida en
San Mamés tras una primera parte brillante. El Dépor, a falta del partido entre
Atlético de Madrid y Levante que se disputará esta tarde, está ahora a
cinco puntos de la salvación.
Adrián, la gran baza del club gallegoEl delantero asturiano ha sido el gran culpable de que la afición deportivista vuelta a tener esperanzas en la salvación. Marcó un doblete ante el Málaga en Riazor y otro ante el Athletic en San Mamés, cuatro goles en dos partidos que le han dado seis puntos al Deportivo. Adrían, con nueve goles, es además el máximo goleador del equipo por delante de un Lucas Pérez que sigue irreconocible.
Un Dépor que ha ganado en estabilidadCierto es que el dépor sigue con muchos problemas en defensa, pero también hay que destacar que desde la llegada de Seedorf los gallegos han ganado un punto de equilibrio. Algo que se pudo ver ayer en San Mamés, donde el equipo supo sufrir y resistió el empuje de un Athletic que lo intentó hasta el final. El problema es que los fallos individuales arruinan el trabajo colectivo en muchas ocasiones. Ante el Málaga, el Dépor estuvo a punto de perder el partido por este motivo.
El del martes no será un partido fácil para el
Sevilla. El Dépor sigue mal, pero la obligación que tiene de ganar para seguir luchando por la salvación, sumado a la subida de moral del conjunto gallego tras las dos victorias consecutivas le hacen un rival peligroso. El conjunto de
Montella tendrá que dar su mejor imagen para ganar el Riazor.
Un partido que también se presenta como una final adelantada para el Sevilla, pues tras el empate ante el
Villarreal los de Nervión necesitan ganar para mantenerse en la zona de
Europa League. Además,
Girona y Celta siguen al acecho.