Manolo Jiménez se encuentra en plena pugna por alcanzar una plaza de Champions con el
AEK en la Liga griega, pero nunca aparta la vista de Nervión, donde guarda sus mejores recuerdos en su corazón sevillista. Así, en una entrevista concedida en la web 'La Paradinha', el entrenador arahalense afirma que desde la distancia ha seguido las evoluciones nervionenses en la pasada temporada y que
en ningún caso se marchó del Sánchez Pizjuán con una espina clavada.
“Ninguna espina, mi momento en el Sevilla fue un momento de transición en el que supe mantener el equipo en lo más alto, tras una gran etapa con Juande Ramos. El equipo necesitaba una transición y se aguantó metiéndolo dos veces en la Champions, llevándolo a una final de Copa después de haber eliminado a equipos como el Barcelona, que no es un cualquiera. Me siento muy orgulloso de esa etapa porque después de esa gran revolución que tuvo que hacer el Sevilla se ha vuelto a ganar títulos”, indicó Manolo Jiménez, para el que lo significa todo haber dedicado
toda una vida al Sevilla: “Para mí haber sido jugador, entrenador, formador de jugadores en el Sevilla ha sido lo más grande. Es lo que más he conocido. Llegué siendo un niño al club y salí para retirarme como futbolista en el Real Jaén, más a nivel amistoso que profesional, y después entrenador de la cantera, del primer equipo… Un orgullo el haber pertenecido durante toda una vida a un mismo club”.