Francisco Salas3 min lecturaEl Major de París del Premier Pádel tenía ante sí unos cuartos de final históricos, ya que las ocho mejores parejas se habían colado en esta ronda, y es que dada la importancia de torneo como este, que reparte muchos más puntos que los habituales P1 y P2. Pero además el de París tiene una mística especial al disputarse en un lugar mágico para los amantes de la raqueta, Roland Garros. El bosque de Bolonia se ha convertido esta semana en la capital mundial del pádel y busca un nuevo rey, aunque para eso todavía quedan varios partidos y sorpresas. Aunque una de ellas se ha dado lugar en esta ronda con la derrota de Paquito Navarro.
El jugador sevillano, quizá el gran favorito del público, no termina de encontrar su nivel desde que hizo el cambio de Juan Lebrón por la mayor promesa del pádel actual, Pablo Cardona. En París habían tenido luces y sombras, sobre todo en octavos de final, donde sacaron adelante un partidazo ante Maxi Sánchez y Lucho Capra, que fueron mejores que ellos, pero no cerraron cuando pudieron. Por eso mismo, Navarro y Cardona llegaban plenos de moral a cuartos, donde estaba la pareja número 3, Yanguas y Stupaczuk.
Y esta vez no les valió con agarrarse a la pista. El español y el argentino estuvieron muy sólidos, tanto que en un primer set muy igualado acabaron cerrándolo en el tiebreak, cargando el juego sobre el joven Cardona, al que aún se le ven errores de crecimiento en estas instancias. Mientras que en el segundo se repitió el guión, solo que una rotura en el momento decisivo puso el broche al partido con un 6-4, dejando a París sin Paquito Navarro.
Si en este cuarto de final ha habido dudas, en el otro de esta parte del cuadro no se puede decir lo mismo, ya que cuando Arturo Coello y Agustín Tapia saltan a la pista hay poco que hacer. Solo Galán y Chingotto les pueden plantar cara, no así Coki Nieto y Jon Sanz, que siguen estando tremendamente estables, pero en estas rondas la cosa cambia.
La Philippe Chatrier fue el ojo de un huracán que arrasó a la pareja 6, ya que desde la primera bola Coello y Tapia fueron muy superiores, hasta el punto de vencieron 6-1 y 6-3 en 55 minutos. Cada bola que llegaba a su campo volvía mucho más difícil, e incluso la pegada, algo que no termina de funcionarle a casi nadie, fue un gran arma para el vallisoletano y el de Catamarca.