Alberto Gálvez3 min lecturaConnor McGregor lo ha intentado hasta el final, pero lo cierto es que ha provocado un auténtico incendio en la UFC. Por eso ahora está recibiendo algún palo que otro en las redes sociales. Sobre todo, por haber mantenido la intriga hasta el final y no haber comunicado antes su renuncia a pelear en la velada 303.
Afortunadamente, desde antes de que el pasado jueves el irlandés hiciera oficial su baja para dicha pelea contra Michael Chandler, Dana White ya había trabajado a destajo para reemplazarle consciente de lo que podía ocurrir ante la falta de noticias de 'The Notorious'.
Finalmente, serán Alex Pereira y Jií Procházka los encargados de sustituirle, mientras que dicho combate suspendido será reprogramado para finales de año.
Cabe recordar que tanto Alex Pereira como Jií Procházka ya salvaron el UFC 295 cuando Jon Jones se lesionó y se canceló la pelea con Miocic. Ahora, el brasileño y el checo volverán a subirse al octógono en busca de la gloria.
La cancelación de su rueda de prensa programada para el 3 de junio en Dublín fue la que hizo saltar todas las alarmas de que podía suspenderse el UFC 303. Y fue entonces cuando se filtró que el irlandés podría sufrir una lesión, así como una imagen suya de fiesta hasta altas horas de la madrugada que hacía presagiar lo peor, como ha terminado sucediendo.
Y para acabar con los rumores, ha escrito un post en sus redes sociales: "Es muy duro quedarme fuera de mi pelea de regreso que estaba planeada. Sufrí una lesión antes de la conferencia de prensa que requirió más tiempo de curación del que pensé que necesitaría. La decisión de posponer la pelea no se tomó a la ligera, sino que fue consulta con mis médicos, UFC y mi equipo. ¡Mis fans y mi oponente merecen que yo lo haga lo mejor que pueda en esta pelea y lo lograremos! ¡Gracias por los mensajes de apoyo, estoy en buen estado de ánimo y confiado en que volveré!".
Esta es la gran pregunta que todavía se hacen los amantes de la UFC y los seguidores del propio McGregor. Porque en su comunicado no se ha atrevido a desvelar qué lesión ha sufrido exactamente. Seguramente, el irlandés no quiere dar a conocerla para que su próximo rival no sepa dónde puede estar su punto flaco.