Francisco Salas4 min lecturaEl mundo del golf profesional ha cambiado drásticamente en los últimos años, en concreto desde que el LIV Golf, auspiciado por todo el dinero saudí, llegó para fichar a grandes jugadores y competir de tú a tú con el PGA. Sin embargo, la apuesta era a mucho tiempo y aunque ya de inicio se llevó a nombres como Sergio García o Brooks Koepka, el gran espaldarazo fue firmar al que era el gran referente, o al menos uno de ellos, del circuito americano, Jon Rahm. Sin embargo, al vasco no le sentó tan bien el cambio como a su cuenta bancaria, ya que este 2024 ha estado lejos del triunfo en los pocos eventos que han compartido (los majors).
Y es la gran duda era la diferencia de competitividad entre uno y otro circuito, algo que si nos fijamos en general en la campaña es complicado de calcular, porque mientras Xander Schauffele o Scottie Scheffler vencían grandes títulos, también lo hacía DeChambeau por parte del LIV. Para poder dirimirlo más cara a cara, se ha organizado un torneo que medía a lo mejor de los dos mundos, aunque había una baja durísima. Por parte del PGA estaban Scheffler y Rory McIlroy y en el LIV, DeChambeau y Koepka, dejando fuera a Rahm, lo que acabó pesando.
El evento, llamado 'The Sowdown' y organizado en Las Vegas, repartía 10 millones de dólares en premio y tenía la particularidad de que ese dinero iba a ser en criptomonedas. Es decir, un botín más que lucrativo para quien se hiciese con la victoria, y que a la vez demuestra que el deporte está en un momento muy dulce a nivel económico y de seguimiento, al contrario de hace unos pocos años, donde ambos indicadores cayeron mucho.
La competición se jugaba en tres partidas de 2 contra 2 con seis hoyos cada una, y el dúo del PGA Tour ganó la competición inicial de mejor bola después de sólo cuatro hoyos y también se impuso en la competición de golpes alternos en los hoyos 7-12. Mientras que en la competición individual de los últimos seis hoyos, Scheffler se aseguró el medio punto decisivo al aventajar en dos hoyos a Koepka con dos por jugar. Con un total de cuatro puntos disponibles, dos en individuales, se necesitaban dos puntos y medio para la victoria.
El problema fue que el equipo LIV Golf no ganó un hoyo hasta el 11º. Aunque DeChambeau tuvo problemas con el putter durante todo el día, un par de golpes perdidos en el hoyo 16, tanto para DeChambeau como para Koepka, supusieron la sentencia. Scheffler, número 1 del mundo, sentenció el partido con un birdie en el 16, mientras que Koepka falló un putt para birdie y empató el partido de individuales. La muestra clara de esto es que sin Jon Rahm, el potencial individual del LIV, pese a ser altísimo, si que se ve resentido.