Una aparatosa caída protagonizada por el británico Mark Cavendish este mismo sábado, en la octava jornada del Tour de Francia, fue el motivo de que se armara el drama en la competición. Cavendish tenía un objetivo entre ceja y ceja que no va a poder cumplir, puesto que ha tenido que abandonar la competición. No podrá superar el récord de victorias de etapa en la ronda gala, que actualmente está compartiendo con el belga Eddy Merckx.
A sus 38 años estaba rodando por última vez en el Tour con ese objetico principal. Ya es una leyenda, pero sigue siendo ambicioso y quería serlo más todavía. Su caída, a 63 kilómetros de Limoges (meta), cuando circulaba con su bicicleta a casi 45 kilómetros por horas, frenó en seco su cometido. Uno de los momentos más tristes de la carrera.
Junto a él otros ciclistas fueron a parar al suelo, entre ellos el español Pello Bilbao. Se dolía el británico, y mucho, de su clavícula izquierda. Ese ha sido el motivo principal por el que no pudo reintegrarse. Los médicos acudieron para atenderlos sobre el asfalto, pero era imposible en su estado que pudiera volver al pelotón.
Su sueño se hizo añicos, como cuando un vaso de cristal cae al suelo y las lágrimas en sus ojos, cuando el británico ya se encontraba en el coche del equipo Astana, no hacen más que evidenciar su dolor. Un dolor que se aleja de lo físico, para dar paso a lo sentimental. Como si a un niño le ponen un caramelo en los labios y luego se lo arrebatas, sin más. Así se sintió el ciclista, un día después de haber sido segundo en la meta de burdeos (en esa ocasión, lo superó únicamente el belga Jasper Philipsen).
En los últimos años, Mark Cavendish ha sido la referencia de los esprints. Llegando a recorrer 60.100 kilómetros en 365 etapas, en 23 grandes vueltas disputadas. No obstante, su figura alzada con la etiqueta de ‘leyenda’ se ha dado en el Tour de Francia que ahora abandona con congoja y dramatismo. Es aquí donde su figura creció y consolidó una superioridad demostrada en muchas de las ediciones. Hasta en dos ocasiones se marchó de parís con el maillot verde (regularidad), la última fue en 2021. En ese momento, eran muchas las voces críticas que opinaban que ya estaba acabado, pero no titubeó y regresó para hacer callar a muchas. Con grandeza se sumó a su palmarés cuatro nuevos triunfos de etapas y con ello logró alcanzar a Merckx en número de victorias parciales.
Esa igualdad quería romperla antes de marcharse, esa es la espinita que le queda. Quería estar en el trono el sólo, siendo el corredor con más triunfos de etapa en la historia. Eso ya no lo va a poder conseguir y sus lágrimas hablan por él mismo.