Estadio Deportivo6 min lecturaEl Valencia, que la próxima jornada recibe al Betis, se ha colapsado a fuerza de goleadas en cinco semanas fatales en las que Mallorca, Getafe, Atalanta y Real Sociedad se han dado cuatro festines de fútbol, superioridad y goles ante un equipo desorientado y que fuera de casa ha ofrecido desde el inicio de 2020 su peor versión en mucho tiempo.
Para ver la botella medio llena, el único argumento es el del rendimiento en Mestalla, donde ha ofrecido un buen nivel con una victoria ante el Barcelona (2-0) y un empate contra el Atlético de Madrid (2-2) acompañado por la circunstancia de mantenerse junto a Barcelona y Real Madrid como único equipo que no conoce la derrota como local.
La cuesta abajo empezó en la Supercopa de España, donde el Valencia no apareció ante el Real Madrid y perdió por 3-1, un resultado aceptable para lo visto sobre el terreno de juego.
A continuación se vio arrollado por un Mallorca en descenso (4-1), no tuvo ninguna opción ante el Getafe (3-0) y sufrió un duro castigo ante el Atalanta en Liga de Campeones (4-1), aunque en este encuentro falló todas las ocasiones que no había tenido en los dos choques anteriores.
Este sábado en San Sebastián, el equipo tampoco apareció y ante la Real Sociedad llevó un 3-0, que cierra el balance de estos cuatro desplazamientos con dos goles a favor y catorce en contra.
Tampoco encuentra el valencianista consuelo en la Copa del Rey con un 0-1 ante el Logroñés, un empate sin goles frente a la Cultural Leonesa que dio paso a unos penaltis resueltos a favor, y una eliminación (2-1) en Granada con una pena máxima en el últimos minutos.
La falta de consistencia defensiva y de solidez en la medular, unidas a las dificultades para crear ocasiones y la incapacidad para materializarlas cuando se consiguen son algunas de las causas del deterioro futbolístico de un equipo que se muestra triste y sin ideas y al que, además, las lesiones le han perjudicado.
Hasta nueve futbolistas no pudieron estar por lesiones, enfermedades o sanción en Anoeta, varios de ellos como Francis Coquelin, Ezequiel Garay, Gabriel Paulista, José Luis Gayà o Rodrigo Moreno, fundamentales para el equipo, pero los que estuvieron también se mostraron por debajo de sus posibilidades.
En este escenario, muchas miradas se han girado contra la propiedad del club y sobre su participación en la toma de decisiones deportivas.
Las dudas han aparecido en la portería, donde Jaume Doménech ha recibido las últimas goleadas, mientras que Daniel Wass cumple en el lateral a la espera de que el recién fichado Alessandro Florenzi supere la varicela y Cristiano Piccini se recupere de su lesión.
En el centro de la zaga, Mouctar Diakhaby y Eliaquim Mangala están lejos de hacer olvidar a Garay y Paulista. En esa zona, el canterano Hugo Guillamón ha tenido la oportunidad de debutar y hasta el capitán Dani Parejo reclama un para ese puesto, que no se ha concretado tras la lesión de larga duración de Garay.
En la izquierda destaca el rendimiento de Gayà, que está un paso por delante de Jaume Costa y cuyas ausencias se notan, mientras que la mejor noticia del equipo es el crecimiento de Ferran Torres en la banda derecha, lo que le ha convertido en el futbolista en mejor estado del equipo en la actualidad.
Dani Parejo, el motor del equipo, atraviesa un bajón en su juego y su compañero en el eje de la medular, Geoffrey Kondogbia, no está al nivel de sus mejores momentos, ni del rendimiento ofrecido por el ahora lesionado Coquelin.
En la banda izquierda, Carlos Soler sufre y cuando ocupa una posición más centrada como ocurrió en Anoeta, su fútbol tampoco brilla. Su mayor aportación hasta ahora ha sido la de algunos tantos trascendentes.
Rodrigo está lesionado, Maxi Gómez necesita reencontrase con el gol, Denis Cheryshev aparece y desaparece, Kang In Lee es un elemento complementario y Gonçalo Guedes, que deslumbro hace dos años y por el que el Valencia pagó cuarenta millones de euros, ha vuelto tras su lesión, aunque en nada se parece al jugador que en su momento encandiló.
Con este panorama, reflejado en el dato de que el Valencia ya ha recibido más goles en Liga (36) que en todo el pasado ejercicio (35), el panorama solo se puede aclarar con el mantenimiento de la solidez en Mestalla y la recuperación de la capacidad para competir a domicilio.