El sorteo de los cuartos de final se ha celebrado este viernes en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, sede de la RFEF, ha emparejado al Real Betis con el renovado y motivado Athletic, finalista de la última edición junto a la Real Sociedad, víctima verdiblanca en octavos. Los de Pellegrini volverán a jugar en el Benito Villamarín, donde tendrá que hacer frente al 'efecto Marcelino' y las estadísticas.
La eliminatoria, que se disputará también a partido único, se jugará a lo largo de los días 2, 3 y 4 de febrero y no ha deparado derbi copero entre los dos equipos sevillanos, que sueñan con alcanzar la final que se disputará en el estadio de La Cartuja de la capital de Andalucía. El Sevilla visitará al Almería, único rival de Segunda que quedaba en el bombo; mientras que Granada-Barcelona y Levante-Villarreal serán los otros dos duelos en busca de unas semifinales que ya sí se celebrarán a doble encuentro.
El Athletic Club y el Real Betis, emparejados en los cuartos de final de la Copa del Rey, se han enfrentado hasta ahora en nueve eliminatorias coperas, ninguna de ellas a partido único como en esta edición que se jugará en el Benito Villamarín, de las que el equipo rojiblanco superó siete de ellas.
Las dos únicas ocasiones en las que el Betis apeó a los bilbaínos fue en las campañas 1934-1935 y en la 2004-2005, esta última en una tanda de penaltis celebrada en San Mamés en la que los béticos lograron el pase a la final que acabaría dándoles el título tras ganar a Osasuna.
El Athletic, por su parte, eliminó al conjunto sevillano en las campañas 1965-1966, 1974-1975, 1981-1982, 1984-1985, 1991-1992, 1994-195 y, las más reciente, en la 2013-2014 cuando remontó en San Mamés, gracias a un doblete de Mikel Rico, el 1-0 logrado por el Betis en la ida a través de Rubén Castro.
Athletic y Betis se han enfrentado también dos veces en la final de Copa. La primera fue en 1931 y el trofeo fue para los rojiblancos, que se impusieron por 3-1 en el estadio de Chamartín.
Además, en la histórica edición de 1977 en el Vicente Calderón, tras un 2-2 después de 120 minutos, el título se decidió en una inolvidable tanda de penaltis en la que, tras 19 lanzamientos, Esnaola paró a Iribar el definitivo que acabó llevando la Copa a las vitrinas del Betis.
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