El Valencia Basket, tras dos derrotas seguidas que han debilitado sus opciones en la lucha por entrar en los playoffs de la Euroliga, visitará este martes la pista del un ASVEL Villeurbanne ya sin opciones reales de estar en los cuartos de final. El del Astroballe será el primero de los varios encuentros que va a disputar el conjunto valenciano en el tramo final de la Euroliga con la ventaja de que su rival no se juega nada pero también con el peso mental que supone ser el equipo que tiene todo que perder con un mal resultado.
Las dos derrotas seguidas que acumula el Valencia, pese a haber sido en casa, han sido contra el Maccabi Tel Aviv y el Fenerbahce, dos equipo que tienen un presupuesto claramente superior y que sí que tenían mucho en juego en esos encuentros. El Valencia es actualmente octavo con los mismos 12 triunfos que el Khimki, que es séptimo, y que el Fenerbahce, que es noveno. Por debajo, Zalgiris Kaunas, Olympiacos y Armani Milan tienen once triunfos y aspiran también a esas dos últimas plazas de los cuartos de final de la competición.
El ASVEL, por su parte, es décimo sexto con nueve triunfos y ha perdido nueve de sus últimos diez encuentros. Eso sí, el último triunfo fue el último que disputó en su casa ante el Bayern Múnich, aunque el conjunto alemán ya estaba también sin opciones reales.
El Valencia afronta este encuentro tras la sólida victoria que logró el pasado domingo en la Liga ACB ante el San Pablo Burgos, un triunfo que le permite ascender en la clasificación y ganar margen de maniobra en la competición doméstica. En este encuentro, reapareció tras varios encuentros de baja el base Guillem Vives y en el del martes podría hacerlo el también director de juego Sam Van Rossom, que ha entrado en la convocatoria, lo que empezaría a solucionar los graves problemas que ha tenido el equipo en esta posición. Ponsarnau tendrá que hacer un descarte técnico antes de un encuentro en el que la única baja será la del escolta estadounidense Jordan Loyd, que también ultima ya su reaparición.