Antonio José Medina5 min lecturaMarc Márquez sabe al lugar que llega y con lo que tendrá que pelear, pero tras un año en Ducati, aunque sea en un equipo satélite, ya sabe cómo lidiar en esa 'jungla'. El piloto de Cervera logró en 2024 sus principales objetivos. Volvió a pelear por las victorias y logró una plaza en el equipo oficial de la moto que actualmente domina MotoGP.
Allí, tanto Gigi Dall'Igna como Davide Tardozzi, pricipales cabezas visibles de Ducati en MotoGP, han apostado fuertemente por él. Y eso pese que Jorge Martín aparecía con fuerza y, de hecho, ha ganado el Mundial a posteriori; a que los 'tiffosi' no le tienen en muy alta estima; y a las presiones de un Valentino Rossi que, pese a sólo estar al mando de un equipo satélite, tiene poder y ha presionado de todas las formas.
Contra eso también ha tenido que luchar y su primera prueba de fuego le llegará en los próximos días en la gran fiesta de final de año de Ducati, la 'Campioni in festa', que tendrá lugar en Bolonia este martes 3 de diciembre. Allí, el pasado año, cuando anunciaron que al año siguiente Marc Márquez correría con Ducati, su nombre no fue muy bien recibido. Entonces no pudo participar porque era piloto de Honda hasta final de 2023. Pero esta vez sí lo hará como piloto de Ducati y coincidirá, a priori, con Valentino Rossi.
Márquez, pese a los 'pildorazos' que Rossi le ha lanzado todo el año, siempre ha tratado de ser moderado y en la entrevista que esta semana le han hecho en El Chiringuito no se ha quedado atrás. El piloto de Cervera no quiere una polémica en la que tiene más que perder que nadie. “Yo no creo que Valentino me tenga enfilado. Lo que pasa que se tienen que medir mucho las palabras, de cuando él habla de mí o yo de él, porque con una palabrita se lía buena", decía un Márquez que trataba de rebajar cualquier tipo de tensión.
Aunque sus palabras posteriores son un aviso para lo que puede pasar en un futuro, cuando el piloto de Cervera abandone la competición. "A mí, ahora mismo, no me interesa ninguna guerra. Soy un piloto en activo que está concentrado y centrado en la competición. No creo que él -Rossi- la busque conmigo. Y si lo busca conmigo no lo va a encontrar, porque dos no se pelean si uno no quiere y yo, ahora, no quiero”, advierte el español.
En este sentido, Márquez tiene claro que en Italia no se le quiere, pero más cuando lo ven como un rival que los aficionados por la calle, donde sí se siente un piloto querido. “Fuera de pista si, dentro no. Es así. Dentro de la pista hay que ser egoísta y, si tengo un poquito de compasión con alguien, será con mi hermano. Bueno, es un poco coña, pero es eso. Dentro de la pista tiene que ser egoísta porque estás compitiendo por lo mismo, el título, los cajones del podio... Y quieres la misma moto, el mismo equipo. No puedes ser amigo del que te quiere robar la moto", afirmaba sobre su pelea con Jorge Martín.
Sobre el futuro y un posible sucesor, tiene claros dos nombres: David Alonso y Pedro Acosta. “David es muy muy bueno. Talento tienen muchos pilotos, pero este chaval en concreto tiene sacrificio y, sobre todo, es una esponja. Él escucha, coge esto de éste, esto del otro... Es muy preguntón. He ido a entrenar con él varias veces, pero como digo siempre, todo chaval necesita su tiempo. Cometerá errores y no va a estar primero el primer Test de Moto2, necesita su tiempo, además tiene carisma y chispa”, advierte sobre el hispano-colombiano.
En cuanto al 'Tiburón de Mazarrón', ya lo sufre en cada carrera. “Acosta es muy bueno también. Aparte, tiene la garra. Un deportista tiene que tenerla, tener el inconformismo de siempre querer más y este año, que era su primer año en MotoGP, pues lo ha hecho muy bien. Y, aunque se ha caído muchas veces, se ha levantado todas”, avisa.