Jorge Martín cerró los test de pretemporada de MotoGP con una 'discreta' séptima posición. No porque sea mala, sino porque se vio superado por una Ducati satélite del 'año pasado', con Marc Márquez al mando, y por tres Aprilia (Aleix Espargaró, Raúl Fernández y Maverick Viñales).
Y, lo peor tal vez, que el piloto madrileño finalizó a medio segundo de Pecco Bagnaia a sólo dos semanas de que arranque el Mundial de MotoGP y sobre la superficie en la que se correra la primera semana de marzo.
Martín, en general, daba un aprobado a estos dos días vividos en Qatar, ya que su Ducati ha "ganado un segundo" con respecto al pasado año, pero mandaba una advertencia a su equipo, Pramac, y a Ducati que deben arreglar antes de que todo empiece en serio.
“Me sentí muy cómodo hasta la última tanda. Tenía mucha confianza con el ritmo, estaba haciendo 52 medio con el neumático muy usado, con 20 vueltas -tanda larga-, creo que mejoramos casi un segundo comparado con la carrera. La última cosa es que intento hacer simulacros de Sprint Race y tuve mucha vibración detrás, un movimiento que no he tenido durante todo el test. Comparando a otras Ducati, hay encontrar la solución, creo que hay algo en la moto que no está funcionando bien y espero que lo encuentren”, avisa el español.
Jorge Martín no se queda ahí y prosigue. "Soy rápido si la moto está bien y espero que se resuelva el problema antes de la carrera", reiteraba, metiendo presión a sus mecánicos de cara al Gran Premio de Qatar del fin de semana del 10 de marzo.
De lo que se queja el español es que es al único piloto de Ducati que le ocurre. “Soy sólo yo. Normalmente nos pasa cuando el neumático tiene 20 vueltas o 22. Estamos un poco en el límite, pero ya tenemos este problema. Es algo nuevo para el fin de semana de carreras que espero que desaparezca y pueda pilotar menos cuidadoso que hasta ahora. No puedo abrir gas como quiero por estas vibraciones. Intentaremos analizarlo y entender qué ha cambiado”, afirma el español al que, al menos, le consuela que los tiempos de Bagnaia y Bastianini confirman que la moto que tiene entre sus manos es mejor que la del año anterior.