Ilusionado, pero no mucho. Así se puede definir la sensación con la que encara Joan Mir su segunda temporada en el equipo oficial de Honda, con el cual vivió un crudo año 2023 por el mal rendimiento de la moto y sus lesiones, las cuales le convirtieron en baja en numerosas carreras de la temporada. Mirando al presente, el piloto de Palma explicó hace algunos días que su mente está puesta en poder reeditar con los japoneses éxitos pasados, ya que durante mucho tiempo estuvieron siempre en la pelea por el mundial de MotoGP. Pues bien, eso parece que será imposible por ahora.
En la presentación de la nueva moto, la cual se realizó en Madrid, el director del equipo Repsol Honda, Alberto Puig, no se anduvo con medias tintas a la hora de admitir que existe optimismo en ir dando pasos al frente, pero que estos aún están muy lejos de alcanzar la cabeza de la categoría reina del motociclismo.
"Ojalá supiera cuándo lucharemos por las victorias. Somos conscientes de que venimos de muy abajo. Ahora se han puesto las bases para una recuperación real. Esperamos que durante la primera parte de la temporada se pueda reducir ese espacio. Sería muy bonito pensar que tras el verano tengan, al menos, la opción de luchar por podios y victorias. Ellos son ambiciosos y es lo que tenemos que buscar", comenta respecto a su pilotos, Joan Mir y Luca Marini, quien ha llegado este año para ocupar la vacante dejada por Marc Márquez.
En cuanto a la evolución de la moto, Puig cree que el cambio de reglamentación de cara a los test, motores y otros componentes les puede ayudar para ir ganando posiciones con cierta celeridad. "La moto ha cambiado mucho. Para quitar peso tienes que cambiar mucho, el trabajo de remodelación ha sido muy grande en poco tiempo. El prototipo lo vamos a ir evolucionando, es una de nuestras bazas. Habrá evoluciones importantes, que necesitamos y las vamos a buscar", explica.
Dados los malos resultados del curso anterior y que aún ve a la moto lejos de dar el rendimiento necesario para pelear por victorias, Puig prefiere restar presión a sus pilotos y dejar claro que si la máquina no funciona, quien la monte es lo de menos.
"La moto ha cambiado, es otro concepto de moto. Es parte del acuerdo, pero no está relacionado con nada técnico. Puedes tener al piloto que sea, pero la moto no puede fallar. La presión externa no se contempla en ello", sentencia.