Antonio José Medina4 min lecturaUna carrera para la historia. Lando Norris ha logrado, tras 15 podios, subirse a lo más alto de una prueba de Fórmula 1. Un 'safety car' justo antes de parar le permitió quedarse líder y con ruedas nuevas a mitad de carrera y no desaprovechó esa ventaja para arrebatarle la victoria a un Verstappen que sufrió mucho durante todo el Gran Premio de Miami.
Norris tuvo suerte. Y mucha. Pero cuando llegó ese coche de seguridad era el monoplaza más rápido en pista, el que más estaba apretando y el que más arriesgaba. Su riesgo tuvo premio.
Si él tuvo suerte, la mala fue para un Carlos Sainz que acababa de parar una vuelta antes y que, de no haberlo hecho, habría sido él el agraciado.
El madrileño acabó finalmente cuarto, justo por detrás de su compañero Charles Leclerc, tras superar en la batalla más bonita del gran premio a un Piastri que acabó tocado y en la cola. Luego, los comisarios, en otra decisión incomprensible, le metieron una sanción y lo bajaron al quinto puesto.
Fernando Alonso vaticinó un noveno puesto y lo logró. Pero para alcanzarlo tuvo que vivir una carrera muy ingrata, en la que siempre estuvo por detrás de los Alpine y, en especial, de su 'amigo' Ocon. Al final, arriesgó y lo pasó para al menos sumar algún punto más y salir con buen sabor de boca.
La carrera tuvo una salida caótica, en la que Sainz pasó a Leclerc, pero se encontró con un Checo Pérez pasado que le hizo recular y perder su posición con Piastri. Y que, cuando se pudo utilizar el DRS, Verstappen ya se había escapado.
En el Autódromo de Miami, tener DRS puede ser clave y casi todos los tenían. Eso hizo que se mantuvieran las posiciones, con luchas que casi siempre acababan en nada dadas las dificultades para adelantar.
Lo que en otra carrera habría significado una escapada de Verstappen, en esta no ocurría. Los Red Bull también sufrían para mantenerse y el neerlandés aguantaba, pero no iba sobrado.
Las entradas en boxes, como era de esperar en una carrera a una parada, iban a ser claves. Los que entraron pronto, como Pérez, se encontraron tráfico. Los que aguantaban tenían premio. Sobre todo porque un 'virtual safety car' que duró unos segundos permitió a algunos entrar y ganar tiempo.
Sainz y Norris aguantaban a mitad de carrera mientras les recortaban por detrás. Decidió entrar el de Ferrari para evitar un 'undercut' del británico y, justo después, se encontró con el coche de seguridad que decidió la carrera.
Cuando ésta se relanzó Norris era primero y él, quinto. El español aún se ganaría una posición en su lucha con Piastri, pero se quedó con las ganas de algo más.