Los últimos años de Fernando Alonso en la Fórmula 1 están siendo mucho más duros de lo que se esperaba cuando llegó a Aston Martin procedente de un Alpine en decandencia; la primera pretemporada con los de Silverstone fue uno de los momentos de mayor ilusión que se vivía en el 'motorsport' español desde hacía años, y se demostró durante el año, en el que pese a ir de más a menos, fue siempre competitivo, pero todo se ha venido abajo. Esta temporada el sueño era repetirlo, pero semana a semana el coche ha sido tétrico, y por si fuera poco, cuando anunciaron a bombo y platillo unas mejoras con las que aspirar a estar arriba en Hungría volvieron a crear expectativas, pero ha llegado el momento, y en lugar de cumplirlas, el coche sigue siendo un drama.
En la primera sesión de libres del viernes, el ovetense mostró las muchas novedades con las que llegaron, mientras que su compañero Lance Stroll siguió aún con el coche antiguo. El resultado, demoledor; mientras el canadiense se coló entre los diez primeros, Alonso fue 13º. Es cierto que pudieron darle un poco la vuelta en la segunda sesión, donde ya con los dos totalmente actualizados, el español fue décimo, a siete décimas de Norris, con Lance cayendo hasta la 17ª plaza. En todo caso, la verdadera vara de medir va a ser esta tarde en la 'qualy'.
La pesadumbre del bicampeón con estos cambios tan esperados se pudo notar cuando le preguntaron al inicio de los libres 2 sobre que aconsejaba a Lance Stroll con los cambios y solo acertó a decir un claro "buena suerte". No obstante, después en frío fue algo más tranquilizador, ya que cree que había sido un viernes "positivo" si lo miraban todo. "Hemos completado todo el programa y hay mucho que analizar y mejorar. Ha sido un día muy caluroso para estar en el coche, para mecánicos, aficionados o prensa" Sí, porque las condiciones fueron "difíciles" por el calor, y les obligaron a dar el do de pecho, algo que van a tener que repetir tanto el sábado como el domingo. "Fue un desafío mantener bajo control los neumáticos porque la degradación con estas temperaturas es extrema".
El magiar es un trazado "único", en el que no hay tiempo para respirar con curvas tan encadenadas, pero eso sí, el calor lo complica todo mucho más. "Aunque hace mucho calor y son condiciones muy duras para todos. La degradación es extrema en este tipo de circuitos". De cara a buscar un buen resultado, el ovetense destacó la importancia de hacer una buena clasificación, porque el domingo va a ser muy difícil adelantar. "Los diez coches estaremos en dos décimas y queremos estar en la parte delantera".