Checo Pérez llega a México en el peor momento anímico y deportivo, posiblemente, de su carrera. Cuando no es por su inoperancia es por la mala suerte, pero siempre hay algo que le acompaña, que le distancia mucho de su compañero Max Verstappen y le relega a lo largo de los últimos meses en el Mundial de Fórmula 1.
En Austin. en el Gran Premio de Estados Unidos 2024, sufrió por partida doble en la Clasificación. Primero, se le anuló su vuelta rápida en la Q3 por excederse en los límites de pista y, luego, cuando trataba de situarse entre los primeros con su segunda vuelta, el accidente de George Russell le dejó sin opciones y salió en novena posición. Luego, en carrera, siempre estuvo a remolque del resto de los equipos punteros. Y la puntilla llegó cuando el propio Russell, que había partido desde el 'pitlane', le superaba justo al final y le relegaba a la séptima posición.
Si a eso añadimos las declaraciones en las últimas semanas del asesor de Red Bull, Helmut Marko, en las que reconocía que había fichado este año a Ricciardo para ver si seguía teniendo la misma velocidad y que fuera el sustituto de Checo Pérez en 2025. O que el segundo asiento de la escudería energética lo iban a pelear Lawson y Tsunoda con su rendimiento en los próximos grandes premios... Es lógico que en algún momento el piloto mexicano estallara.
Lo ha hecho justo antes de correr en casa, en el Autódromo Hermanos Rodríguez. Y ha dejado caer que sus diferencias de rendimiento con Max Verstappen podrían deberse a algo más que a la calidad de cada uno de los contendientes de la escudería Red Bull.
“Hicimos muchos cambios que sin duda van a ayudar, pero no tengo la misma mejora que Max, lo podemos vemos bastante en curva rápida, que aquí hay mucho de eso y bueno, al final el coche está funcionando bien. Creo que hemos progresado y con los ajustes que hicimos fue todo más positivo”, señaló en declaraciones a Fox Sports. “No sé si tendré el mismo piso -suelo- de Max. El equipo sigue aprendiendo. Mañana o el martes tendremos más información de lo que podremos tener”, añadía.
Esto ha provocado otro incendio en Red Bull, que este año ya ha tenido que 'sufrir' todo lo vivido con el 'Caso Horner', las peleas de éste con el padre de Verstappen, las diferencias con Helmut Marko o la salida de Adrian Newey. Ahora, Checo Pérez abre otro frente y señala que su coche no tiene las mismas evoluciones que el de su compañero.
Ante esto, ha tenido que salir Christian Horner y reflejar, en ese mismo medio, que los dos coches llevan "las mismas evoluciones", aunque la herida ya está abierta.