Antonio José Medina4 min lectura"No ha cambiado nada desde antes en términos de cómo lo he hecho a lo largo de todo el año. Tengo un contrato para el próximo año y estaré pilotando para Red Bull. (...) Para ser sincero, no he estado muy atento a ello, he visto los rumores, pero nada diferente a los dos últimos meses, pero no hay nada más que añadir, estoy aquí con el equipo y seré su piloto para la próxima temporada. No tengo nada más que añadir, tengo un contrato para el año que viene...", reiteraba en declaraciones a Motorsport.com, hace tan sólo dos días, en la previa del Gran Premio de Abu Dhabi de F1, el piloto mexicano Checo Pérez.
Aunque desde hace días se da por hecho su marcha a final de temporada y aunque hasta el entorno de pilotos que no tienen relación directa con la escudería, como el de Franco Colapinto, reconocieron contactos con Red Bull, Pérez se agarra a su contrato. Helmut Marko, asesor de la escudería energética, le ha dejado claro en las últimas semanas que, con su rendimiento, no puede seguir, porque le hace perder mucho dinero al equipo. De hecho, su bajón desde junio ha provocado que Red Bull pasara de comandar el Mundial de Constructores a la tercera posición en la que va a acabar. Y eso son muchos millones de diferencia.
Ante esto, la escudería con sede en Milton Keynes está viendo cómo puede llegar a un acuerdo con el mexicano sin que tenga un coste prohibitivo para sus arcas. De ahí la presión. Y de ahí también la resistencia de Checo Pérez, que sabe que tiene la sartén por el mango con el contrato que firmó y anunció a principios de junio.
Sin embargo, en Abu Dhabi, el piloto mexicano parece haberse dado por vencido y sus palabras no son otra cosa que parte de la negociación. Así lo ha señalado hoy mismo un Helmut Marko que reconocía abiertamente su adiós. "Ahora estamos buscando una solución que ambas partes puedan finalmente acordar", señala el austriaco, que espera darle al mexicano una mejor despedida que a Ricciardo, aunque para ello, deberá aceptar ciertas condiciones. "Sí -quieren darle una mejor despedida-, pero no está en nuestras manos realmente. Al final ambas partes tienen que estar de acuerdo", afirma.
Red Bull está poniendo encima de la mesa todo lo que puede, como dejar a Pérez en la escudería como embajador u ocupando otra posición. Todo para ahorrarse la millonada que sería un despido sin acuerdo previo, en el que, como poco, le tendrían que pagar el sueldo que firmó para los próximos años.
En los últimos días, incluso, se ha filtrado quien le sustituiría. Aunque el japonés Tsunoda sigue ganándole todos los duelos a Liam Lawson, sería este último el que estaría al volante del Red Bull que aún pertenece a Checo Pérez.