Los Juegos Olímpicos captan la atención de millones de personas en todo el mundo, por lo que la actuación de sus deportistas no pasa desapercibida. Pero esta competición, en la que se baten récords del mundo y los atletas firman actuaciones que pasan a la historia, es mucho más que deporte. También hay situaciones que se vuelven virales por ser ejemplo de esfuerzo, superación o fraternidad. En este caso, y con la ciudad del amor como escenario, han sido los logros de una pareja los que han emocionado a los espectadores.
En las competiciones de atletismo de los Juegos Paralímpicos el estadounidense Hunter Woodhall ha conseguido su primera medalla en la máxima competición. El deportista fue el más rápido de la final masculina de 400 metros en la modalidad T62, algo que le permitió proclamarse campeón paralímpico. Pero la celebración fue doble, ya que su mujer, la también atleta Tara Davis, ha conseguido esta misma presea en la edición olímpica.
Después del triunfo de Hunter, la pareja se fundió en un emocionante abrazo y provocó la emoción y admiración de los aficionados, que les han puesto como ejemplo de lo que se espera de una relación. Además, ese abrazo simboliza una unión especial entre deportistas olímpicos y paralímpicos, que celebran ambas victorias por igual.
Esta historia ya la conocía el paralímpico, puesto que la vivió un par de semanas atrás, aunque desde el otro lado. Y es que su mujer, Tara Davis ya experimentó la sensación de colgarse el oro olímpico. La estadounidense se proclamó campeona olímpica de salto de longitud y él lo celebró desde la grada como un triunfo propio.
El deportista reconoce que la actuación de Tara en los Juegos Olímpicos fue clave para que él confiara en sus posibilidades. "Ver a Tara dominar absolutamente su deporte me dio tanta confianza que pude decir que sé que hemos hecho lo mismo y que si ella es capaz de salir y hacer eso, entonces sé que soy capaz de hacer lo mismo" afirmaba Hunter.
Ser campeones olímpicos no es la única similitud que tiene esta pareja, ya que ambos fueron a celebrar este triunfo de la misma manera. Después de asegurarse que se habían proclamado campeones olímpicos, los dos fueron corriendo a abrazarse mutuamente, dejando un recuerdo único que les acompañará de por vida.
En los Juegos Olímpicos Hunter esperaba en las gradas del Stade de France a su novia, a la que había estado animando y apoyando. Unas semanas después ella hizo lo mismo, y el estadounidense corrió hacia ella para fundirse en un abrazo similar y cargado de orgullo.