La ilusión se ha disparado entre la afición del Valencia. Después de unas temporadas muy complicadas, el conjunto che está metido de lleno en la pelea por Europa. Pero de cara a la próxima campaña, todos son conscientes de que la política económica impuesta por Peter Lim obliga a realizar otra gran venta para cuadrar los números.
En este sentido, todas las miradas apuntan de nuevo a Giorgi Mamardashvili. Ya el pasado verano sonó como sustituto del lesionado Corutois en el Real Madrid y también fue relacionado con el Bayern Múnich. Pero fue la Premier League la que más interés mostró, siendo vinculado con el Tottenham o el Chelsea, que promete volver a la carga.
El empresario singapurense se mantuvo firme en su decisión de no traspasarlo por menos de 25 millones de euros, siendo el Brentford y el Brighton los que llegaron más lejos, sin pasar de los 15 kilos. Pero de cara al próximo curso, se espera que las ofertas se multipliquen, de ahí que la dirección deportiva que comanda Miguel Ángel Corona ya haya tanteado a su posible relevo en la meta che, apuntando a un Dimitriesvki que acaba contrato con el Rayo Vallecano.
Mientras tanto, en las oficinas de Mestalla se frotan las manos. El cancerbero georgiano ya ha demostrado su valía en la elite con tres temporadas como titular indiscutible en una Liga de primer nivel. Pero sigue teniendo tan sólo 23 años, un factor clave que ayuda a elevar también su cotización.
La decisión está tomada. Mamardashvili será puesto en el mercado y sólo falta por saber cuánto dinero dejará en las arcas un portero que costó poco más de un millón, tras abonar inicialmente 200.000 euros por su cesión procedente del Dinamo Tbilisi y adquirirlo definitivamente sólo media temporada después por otros 850.000 euros.
La web especializada Transfermarkt tasa al guardameta en 30 millones de euros, una cantidad por la que Peter Lim le abriría la puerta de salida y que supone el valor de mercado más alto de toda la plantilla que dirige Rubén Baraja, igualado con el capitán José Luis Gayà. En estos momentos, no hay ningún otro portero de 23 años o menos en toda Europa que alcance un valor igual, lo que supone otra gran noticia para un Valencia deseoso de vender.
El que más se acerca es el ucraniano Anatoliy Trubbin, de 22 años, tasado en 25 millones por su rendimiento con el Benfica. Le sigue Lucas Chevalier, del Lille (18 millones), y sólo hay otros tres cancerberos en el Viejo Continente que lleguen a los 15 millones de valor de mercado, todos ellos de 21 años: Filip Jorgensen (Villarreal), Bart Verbruggen (Brighton) y James Trafford (Burnley).
Ninguno de ellos, sin embargo, tiene la experiencia de Mamardashvili, que se ha convertido en la tabla de salvación del Valencia, bajo palos y a nivel económico.