Andés Palop es historia del sevillismo, entre otras cosas, por su mítico gol al Shakhtar en la UEFA Europa League, un tanto que pasó a ser conocido como 'el milagro de Palop'. El guardameta de Alcudia de Carlet, canterano del Valencia CF, estuvo seis temporadas en Paterna, aunque allí no pudo disputar de muchos minutos, puesto que le tocó competir con Santi Cañizares.
El portero valenciano habló en 'Relevo' de cómo fue su relación con Cañizares. Seis temporadas en el Valencia en las que apenas disputó 43 partidos, una época que Palop llama "años oscuros", a los que también había que sumar que llegaba de una grave lesión.
"Para mí ir al Valencia, competir el puesto con estos dos porteros (Bartual y Cañizares), era increíble. Yo sabía que mi fuerte era el día a día. Mi objetivo era que me conociera el Valencia, que me conociera el entorno, la afición, que me conociera todo el mundo, que viera el rendimiento que le podía dar al equipo. Entonces, hice la pretemporada nuevamente con muchos dolores, con mucha historia, pero la aguanté bien y de repente viene la lesión de Cañizares en Eindhoven. Es cuando yo debuto en Champions con el Valencia y me mantengo como ocho o diez partidos, no recuerdo exactamente cuántos fueron", empezó diciendo Palop.
Luego Cañizares se recuperó y Héctor Cúper volvió a ponerle como titular, lo que se juntó con su grave lesión en la mano. Fue entonces cuando empezó su 'calvario' en Valencia y su nula relación con Cañizares.
"Yo, sinceramente, yo a Cañizares lo admiraba y lo admiro. Mi admiración por Cañizares existe hoy en día. Hemos coincidido en el Centenario, hemos coincidido en la televisión, en el 90 aniversario de la Liga, estuvimos junto en la mesa, estuvimos hablando. Mi admiración por él está ahí, porque una cosa no quita la otra. Él hacía muchas cosas muy buenas y yo solamente con ir a competirle el puesto al que era portero internacional por España, el que fue Zamora, el que venía de ganar la Copa del Rey siendo protagonista, el que después, siendo compañeros, ha sido dos veces finalista de Champions… Hostia, para mí eso era un reto increíble. Yo tenía un reto por delante que decía: 'Es que yo no tengo nada que perder. Este hombre es lo máximo hoy en día. Es el portero de España, ahí están sus números, sus actuaciones. Yo estoy detrás de él, a apretarle, a lo poco que no esté en portería que pueda estar yo'. Para mí eso era una motivación, y yo le tengo y le he tenido en ese momento, cuando éramos compañeros, un gran respeto a Cañizares", empezó diciendo Palop.
Las buenas palabras hacia Cañizares tuvieron un pero. "Eso se fue perdiendo poco a poco. Ese entusiasmo y esa admiración se fue perdiendo, quizás porque su forma de ser era tan distinta a la mía. Se fue perdiendo esa ilusión con la que yo iba al Valencia, que eran muchas cosas las que tenía en mi cabeza, por estar ahí, por aprender, por estar junto a él, por comunicar. Pero este puesto es tan único que juega uno. Había gente que apostaba por mí, había gente que apostaba por él. Y eso, para el portero que está jugando, se hace más difícil porque él también consiguió su estatus. Él venía de un Real Madrid donde no jugaba y salió de allí, de uno de los mejores equipos del mundo para buscar un estatus como el que tenía. Y a lo mejor ver amenazado eso, molesta, molesta como a todos nos molesta cuando ves amenazada tu situación", confesó.
"Te molesta, pero después hay comportamientos o hay situaciones que puedes congeniar más o puedes opinar menos y eso a lo largo de esos seis años se fue enfriando. La relación entre él y yo, quitando los dos primeros años, fue inexistente. Éramos dos compañeros que nos respetábamos, pero apenas articulábamos palabra, no teníamos conversaciones, no teníamos diálogo, no había situaciones de feeling, de feedback, de lo que tiene que ser una pareja de porteros. Yo era muy competitivo, no dejaba que se relajara nunca, siempre le tenía expuesto a que diera su mejor versión. Se notaba muchísimo, y eso al final también se puede hacer incómodo. No hubo ninguna situación mala entre él y yo, de ninguna pelea ni ninguna discusión, nada. Se fue enfriando la amistad o ese acercamiento. Hacíamos nuestro trabajo", siguió contando Palop.
Cambiaron los entrenadores en el Valencia, Cañizares no dejaba el club y Palop seguía igual, incluso Rafa Benítez llegó a decirle "'Andrés, no vas a jugar'", aseguró Palop, lo que le dejó "muerto". Aquella situación evolucionó a una frase del portero que todo el valencianismo recuerda: "Yo no soy un muñeco".
"Al final me tuve que ir yo antes que él, porque no veía ya en mi situación para jugar en el Valencia", terminó confesando Palop, que luego hizo historia en el Sevilla.