El Almería de Turki se ha convertido en un auténtico profesional de las ‘últimas veces’. Se podría decir que el equipo andaluz se ha convertido en una máquina de despedir futbolistas. Su racha comenzó con Casemiro. El brasileño cerró su ciclo personal en el Real Madrid para poner rumbo al Manchester United, y su último partido vestido de blanco fue frente al equipo que hoy entrena Joan Francesc Ferrer Sicilia 'Rubi'. Fue a mediados de agosto de este mismo año, el Madrid ganó 1-2 y Casemiro salió desde el banquillo.
Lo mismo ocurrió con el de momento ex sevillista Lucas Ocampo. El argentino, que tiene el visto bueno de Sampaoli para volver a Sevilla, disputó su último encuentro como nervionense en el Estadio de los Juegos Mediterráneos, donde el Almería se impuso a los hispalenses por 1-2. Entonces estaba en el banquillo Julen Lopetegui.
El tercero en discordia no es un futbolista, sino un entrenador: Unai Emery. Antes de hacer las maletas rumbo al Aston Villa jugó su último partido en la liga española ante el Almería de Turki y pudo despedirse con un triunfo (2-1) con goles de Baena y Jackson.
Pero aún hay más. El Almería también le puso la puntilla a Eduardo Coudet en el Celta. La abultada victoria de los hombres de Rubi sobre el conjunto celeste (3-1) precipitó la salida del míster.
Sin embargo, lo más llamativo es sin duda que la retirada de Piqué tenga nexos de unión con la de Carles Puyol. Y es que la vida está repleta de coincidencias y de casualidades.
Puyol, quien entró en “shock” tras conocer la noticia de la retirada de Piqué decidió abandonar el fútbol profesional en 2014, hace ya casi una década, y lo hizo después de jugar frente a la UD Almería. El destino ha querido que 8 años después, el central se despida también del Camp Nou ante los almerienses. En aquella ocasión, Puyol brindó a los aficionados azulgranas una victoria, tras imponerse 4-1 a un Almería entonces entrenado por Francisco.
Una suma de despedidas, hasta cinco, que han convertido al Almería en un equipo casi maldito para algunos, experto en despedidas; unas felices y de voluntad propia, como puede ser la de Piqué; y otras, amargas, provocadas por las malas rachas. Así es el fútbol, caprichoso.