El caso de la sanción de dos años impuesta al Papu Gómez por dopaje que se ha conocido este viernes deja bastantes preguntas en el aire. La noticia invita a recordar casos ya bastante lejanos en el tiempo como el del mismísimo Diego Armando Maradona en el Mundial de Estados Unidos 1994, pues el astro argentino dio positivo por terbutalina tras el segundo partido y ya estaba fuera del torneo antes del tercer encuentro. Resulta bastante sorprendente la excesiva dilación que se han tomado las autoridades para imponer la sanción al actual jugador del AC Monza italiano, pues en su caso las pruebas le fueron realizadas en noviembre de 2022, tras un entrenamiento del Sevilla FC. Desde entonces, tras presentar alegaciones, el futbolista pudo participar en la conquista del Mundial de Qatar 2022 con su selección y de la UEFA Europa League con el que era su equipo hasta hace menos de dos meses. Con una incidencia mínima, dicho sea de paso, pues se perdió por lesión los cuartos, las semifinales y la final en la que la albiceleste se colgó la tercera estrella y se perdió casi todo lo que restaba de la temporada con los nervionenses, viendo la conquista de la Séptima en Budapest desde el banquillo y con chandal.
El propio Papu Gómez presentó ya en su día alegaciones ante esta propuesta de sanción llevada en secreto durante todos estos meses, pero finalmente las autoridades han considerado que las normas están muy claras y que éstas exigen a los deportistas el pleno conocimiento de cada sustancia que se tomen. En este sentido, recuerda que es fácil saber las que están prohibidas, puesto que son consultables en la Lista de Prohibiciones de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA). Según la información adelantada por Relevo y de la que se han hecho eco medios de todo el mundo, el entonces jugador del Sevilla FC se tomó un medicamento de uno de sus hijos de madrugada, considerando inoportuno llamar a esas horas a los doctores de su club para consultarlo.
El diario deportivo argentino Olé se ha puesto en contacto hoy mismo con el Papu Gómez, que les ha asegurado que continuará luchando por defenderse de esa sanción de dos años que le han impuesto tras detectarle una sustancia prohibida en un control sorpresa realizado en noviembre de 2022 tras un entrenamiento del Sevilla FC. Otra de las cosas curiosas de ese caso es que, en ese momento previo al Mundial, el mediapunta estaba de baja y ni siquiera se ejercitaba con el resto del grupo. Tanto es así, que el mismo llegó a reconocer que se reservó para no perderse la oportunidad de ser campeón del mundo; situación que aún hace más inexplicable que decida doparse y poner en riesgo todos sus anhelos.
En este sentido, el Papu ha asegurado al citado diario de su país que ha puesto su defensa en manos de un despacho de abogados españoles. Alega que aún conserva el recibo de compra del medicamento infantil y se ha mostrado muy sorprendido por esta sanción que le han comunicado diez meses después y sin haberle sometido nunca a un contraanálisis. El futbolista del Monza, con el que había recuperado la alegría tras participar en los dos últimos partidos en la Serie A, argumenta que tenía tos seca y que ingirió una medicina de uno de sus hijos que pensó que era de miel y limón, insistiendo en que desconocía que tenía sustancias prohibidas para los deportistas. En concreto, terbutalina.
El Papu Gómez rescindió su contrato con el Sevilla FC a finales de este pasado verano y recaló en el AC Monza en septiembre, ya con el mercado cerrado y en calidad de agente libre. A sus 35 años, una sanción de dos temporadas prácticamente es un empujón hacia la retirada; pero además es un palo para su nuevo club. La entidad italiana ha confirmado hoy en un comunicado que ha recibido hoy "de la FIFA, a través de la FIGC, la notificación de la sentencia de primer grado de la Comisión Española para la Lucha Antidopaje en el deporte (CELAD), dictada contra el jugador Alejandro Darío Gómez" y que el dictamen incluye "una inhabilitación de dos años para la práctica de actividades deportivas".
"Se trata de un fármaco tomado para calmar una crisis de broncoespasmo, en octubre de 2022, cuando el jugador militaba en el Sevilla FC. La positividad es el resultado de una ingesta involuntaria. El AC Monza se reserva el derecho de valorar los siguientes pasos procesales", ha manifestado el Monza. Por su parte, desde Nervión se desmarcan absolutamente de los hechos. Según ha confirmado laSexta de fuentes del club andaluz, admiten que conocían esta situación pero rehusan a hacer declaraciones al tratarse de un jugador de otro equipo y considerar que no tiene nada que ver con el Sevilla FC.