Con las cuentas aún por publicar, el Sevilla FC se prepara para una junta de accionistas en este mes de diciembre que, debido a los tiempos legales para su convocatoria, acabará llevándose a cabo en los últimos días del año. Es decir, una vez que ya haya cumplido el acuerdo para la agrupación de acciones por el derecho de las minorías, el cual finalizó el pasado 10 de diciembre. Una junta que, como ya es costumbre en la entidad de Nervión, volverá a ser movida entre el actual consejo de administración y su principal opositor, el expresidente y máximo accionista a título individual José María del Nido Benavente.
El Sevilla FC presentará unas pérdidas por valor de 80 millones de euros que, fundamentalmente, derivan del rendimiento deportivo del equipo, al no pasar la anterior temporada de la fase de grupos de la Champions. Otra de las razones son los ingresos televisivos, reducidos al quedar el equipo de las dos anteriores campañas en los puestos doce y catorce de LaLiga. Unas cuestiones a las que hay que sumarle una tercera pata, que es el deseo de la entidad por regenerar la plantilla, que estaba cargada de futbolistas, muchos de ellos veteranos y con unos costes salariales elevados.
El Sevilla FC ha optado por el corto plazo a la hora de corregir esta situación, lo que ha penalizado económicamente a la entidad, al tener que dar cartas de libertad a coste cero y cesiones sin beneficios. Un coste de plantilla de unos 203 millones de euros de los que 40 millones no jugaban esa temporada en el Sevilla y de la que se ha pasado a otra de 109 kilos, apostando por la contratación de jugadores jóvenes y más desconocidos, así como en la cantera y en reducir las estructuras del club.
La de junta de este diciembre tendrá la peculiaridad de que tendrá que renovar el consejo en su totalidad, tal y como marcan los estatutos cada seis años. Un movimiento que coincide, además, con el fin de la agrupación de acciones por el derecho de las minorías, el cual llegó a su fin el 10 de diciembre de 2024. Acuerdo en base al cual, en las últimas juntas de accionistas, se le ha negado el derecho a voto a José María del Nido Benavente en lo referente al cese del consejo -hasta diciembre de 2022 se le impedía votar por las medidas cautelares por el pacto de 2019-. Es decir, que en la junta de este próximo mes de diciembre, Del Nido Benavente ya sí podría hacer uso en teoría de las acciones desagrupadas, como él mismo se ha encargado de recordar durante el encuentro de peñas celebrado este pasado fin de semana en el Algarve.
“El lunes de esta semana he requerido de nuevo al consejo de administración para la celebración de una nueva junta general, que como será con posterioridad al 11 de diciembre, ya no podrán emplear argumento alguno para que yo no pueda votar. Primero, porque la agrupación ha vencido; segundo, porque hay un mandato obligatorio del Juzgado de Primera Instancia número 10 de Sevilla que me da libertad de voto; y tercero, porque hay una resolución de la Audiencia Provincial de Sevilla que dice que el pacto en virtud del cual están insinuando que podrían dejarme sin votar, es un pacto entre nosotros, que no obliga a la sociedad, y que permite que cualquier de los firmantes pueda votar con libertad", dijo Del Nido.
Está por ver ahora qué es lo que ocurre finalmente en la junta del próximo diciembre, aunque el propio Del Nido Benavente se ha encargado de responder previamente a la pregunta de qué ocurriría si no le dejasen votar: "Ya ha dicho el juez de lo Mercantil número 2 que se cometería un delito societario. No lo digo yo, lo dice un juez. En ese caso hbría que hacer uso entonces del derecho penal, porque desgraciadamente nos obligarán a ello”.
Con este contexto y una Junta General de Accionistas por convocar aún de manera oficial, desde el Sevilla FC trabajarán para ajustarla a la legalidad, como vienen haciendo hasta el momento. Prefieren no adelantarse a los acontecimientos, esgrimiendo que aún no se han sentado a prepararla. El ambiente de relativa tranquilidad, en cualquier caso, es palpable, aferrándose los actuales dirigentes al otro pacto, por la estabilidad y gobernabilidad del Sevilla FC, con una vigencia de ocho años y el cual finaliza en 2027. El lío, en cualquier caso, está asegurado.