La enésima junta de accionistas del Sevilla FC ha reafirmado dos conclusiones muy evidentes: Del Nido Carrasco cada día tiene más detractores y lo del regreso de Del Nido Benavente ha llegado a un punto que no se lo cree ni él mismo. Con el cambio de chaqueta de 'los americanos' y los constantes diques judiciales que ponen los abogados del club, el expresidente choca una y otra vez contra el mismo muro (25 procesos judiciales y siete juntas en 20 meses enumeró, ufano, Júnior) sin que el sevillismo atisbe solución factible a corto plazo -por mucho que floten en el ambiente tambores previos a una venta-. La cosa es que, a 48 horas de El Gran Derbi, la imagen que proyecta fuera de la ciudad el club Nervión es la del enésimo bochorno institucional.
Sólo tres días después del primer duelo cainita, el que ganó el Sevilla FC en el Ramón Sánchez-Pizjuán, hubo junta extraordinaria; sólo tres días antes de visitar al Real Betis, otro espectáculo dantesco. En este último cónclave, en el que por varios motivos estuvo muy presente el eterno rival, Del Nido Sénior encajó una nueva derrota. Pese a que fue directo al juzgado a cursar una nueva denuncia, llegó a admitir que se está quedando sin fuerzas. No obstante, este viernes ha demostrado que no sólo no se rinde, sino que ve en el duelo en el Benito Villamarín otra oportunidad para mover fichas y seguir señalando la gestión de su hijo.
"A mí me odiaban. A Carrasco lo adoran. Eso lo dice todo. Que vuelva el Sevilla que nadie quiere ver delante, el que hace que bajen la mirada. El que no pide permiso para ganar. Este domingo nos toca defender lo que fuimos y recordarles quién manda en Sevilla. Porque cuando los vecinos aplauden a la directiva del Sevilla, algo va muy mal. Nosotros no vamos a aplaudir. Vamos a rugir. Vamos a ganar. Vamos a volver. A por ellos, Sevilla FC".
Así de contundente se ha manifestado a través de sus redes sociales Del Nido Benavente, en una mezcla entre una sus clásicas 'delnidinas' con las que solía arengar a la plantilla y un enésimo zasca comparando la hostilidad que recibía en su época con la fotografía de cordialidad que horas antes compartían Del Nido Carrasco y Ángel Haro.
A su salida de este enésimo revés accionarial, el expresidente aseguraba que no estará presente el domingo en el Benito Villamarín, a pesar de que había sido invitado a una zona anexa al palco. "Estoy invitado por varios clientes de mi despacho a palcos privados, pero no creo que se vaya a ver mi presencia allí. Yo lo que sí pensaba era dar la charla para el partido del próximo domingo si salía de aquí como presidente de la sociedad, pero...", lamentó.
"Yo lo veo en rojo. Estoy convencido de que el equipo saldrá sabiendo que el club más importante de Despeñaperros para abajo, que hay cientos de sevillistas deseosos de que ese carisma y caché que tienen les van a dar las fuerzas necesarias para mitigar la calidad que tiene el rival, al que no se puede despreciar. Yo estoy convencido de que vamos a ganar", añadió a modo de análisis previo. Este viernes, ya ha subido varios tonos su discurso. El derbi, como arma arrojadiza.
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