El Sevilla FC presentó oficialmente a Quique Sánchez Flores como su quinto entrenador en los últimos 14 meses en la noche del pasado lunes, apenas 24 horas antes de que el madrileño debute en el partido de la jornada 18 de LaLiga EA Sports ante otro equipo en problemas como es el Granada CF. Quique fue el elegido por el director deportivo nervionense, Víctor Orta, pero manifestó sus dudas razonables y no lo tenía nada claro. Baste un ejemplo gráfico para ilustrar que no las tenía todas consigo: Orta no quiso posar ante las cámaras junto a él alegando que no podía hacerlo hasta que el fichaje no fuese oficial. Se hizo horas después, pero hubo momentos de la negociación en los que las partes eran pesimistas y eso obligaba al club blanquirrojo a buscar otras opciones por si las moscas. Ni siquiera en esa tesitura de un posible 'plan B' se acordaron de Joaquín Caparrós, que se ha quedado compuesto y sin llamada del club de sus amores.
Todo esto lo ha revelado un muy crítico Carlos Marchena, canterano que se vio obligado a emigrar muy joven por la necesidad de hacer caja y que precisamente volvió a Nervión hace un lustro de la mano de Joaquín Caparrós, al que le une una estrechísima relación. El de Las Cabezas de San Juan regresó primero como ayudante técnico cuando el utrerano asumió la primera de dos interinidades seguidas, y luego pasó a ser adjunto al Área de Fútbol que el veterano entrenador asumió cuando Monchi se fue a la AS Roma y su sustituto, Óscar Arias, apenas duró un año en la dirección deportiva. Según ha explicado el campeón del mundo en una entrevista al programa 'Gol a Gol' de Canal Sur Televisión, Caparrós se ha quedado compuesto y sin el amor de su vida, esperando una llamada para volver a sentarse en el banquillo de su casa en el Ramón Sánchez-Pizjuán, donde hace apenas unos días lloraba de emoción tras ser homenajeado.
Nadie habría pedido menos que Caparrós y ninguno genera tanto consenso como él: en una encuesta de ese mismo programa fue elegido como mejor opción por un 70 por ciento de los participantes. "Por su capacidad de gestión del vestuario, por su conocimiento del club, por el orden que impone, que creo que es lo que le hace falta al Sevilla FC ahora mismo, y por su compromiso con la afición", esos son los cuatro motivos principales enumerados por Marchena para criticar que el Sevilla FC no haya apostado por alguien del perfil de Caparrós. Y otro argumento añadido: no hay nadie más sevillista que él ni nadie al que le duela más esta situación del equipo.
El que fuera defensa central internacional recordó que van demasiados bandazos en poco más de un año: de Lopetegui a Quique pasando por Sampaoli, Mendilibar y Diego Alonso. En esta línea, Marchena considera que el Sevilla FC ha perdido una magnífica oportunidad para apostar sobre seguro y para hacerse con ese perfil integrador que permitiese aspirar a esa unión entre estamentos que Castro y Orta reclamaron en la presentación de Quique Sánchez Flores. En plena ruptura social, con la afición indignada, con jugadores que dan la sensación de no estar dándolo todo y con guerra sucia en lo institucional, a su juicio Caparrós era el mejor pegamento posible para recomponer todo en una sola pieza. "Creo que Caparrós lo engloba todo y, además, hace unos años le dieron al equipo en una situación igual y lo salvó", apostilló, en referencia a sus etapas en 2018 y 2019.
Cuando Marchena realizó estas declaraciones, Caparrós ya sabía que no iba a ser él, pero aún no estaba cerrado el fichaje de un Quique Sánchez Flores que, cabe recordar, dirigió al central, que fue todo un fijo durante la etapa de ambos en el Valencia CF. Precisamente, fue preguntado por las informaciones que daban al madrileño como el claro elegido de Orta, pero dejó claro que todo lo que no fuera llamar al utrerano le parecía un error. En este contexto, cabe recordar que no acabó bien con el Sevilla. Salió por la puerta de atrás, después de varias disputas tensas con Monchi y con la directiva -él mismo lo desveló-, así que empieza a ser habitual verle criticar al Sevilla FC.
No obstante, su afirmación de que Caparrós se ha quedado esperando una llamada para volver no suena exagerada, ni mucho menos, teniendo en cuenta que el propio entrenador salió al paso de las informaciones que apuntaban a que Orta no le tenía en cuenta como opción para el banquillo debido a su enfermedad. "Quiero desmentir algunas informaciones dadas sobre mi estado de salud. Actualmente me encuentro perfectamente, con mucha fuerza y no ha habido cambios en mi estado. Sigo con la misma mentalidad y la misma energía de siempre", espetó, levantando la mano para ofrecerse.