La visita al Marbella del pasado sábado terminó con un monumental enfado nervionense por el arbitraje de Bestard Servera al perjudicar considerablemente al Sevilla Atlético, que terminó perdiendo por 4-1. No en vano, el colegiado expulsó a los sevillistas Andrés Castrín y Darío Benavides en dos acciones muy polémicas, a la par que concedió un gol fantasma al Marbella y no el de Antonetti.
En este sentido, el club blanquirrojo elaboró un informe en el que recoge hasta seis errores del árbitro en contra de los intereses nervionenses a la par que presentó alegaciones por las dos expulsiones en la primera parte del choque.
Una vez revisadas las acciones, el Comité de Competición le da ha dado la razón al Sevilla y ha atendido su recurso por la segunda amarilla enseñada a Darío al considerar que hay un error de apreciación del colegiado. Así, el sevillista no despega en ningún momento el pie del suelo y el futbolista marbellí Pablo Muñoz se deja caer al tratar de rebasarle, provocado una falta y una amarilla que no lo eran en realidad. Competición considera que esta jugada no da lugar a interpretación, por lo que ha corregido a Bestard Severa y le ha quitado la amonestación al lateral, si bien ya nadie le devuelve al filial el perjuicio de jugar con dos jugadores menos desde el minuto 37. Podrá jugar el viernes contra el Villarreal B.
Antes, en el 25', el árbitro expulsó a Andrés Castrín por roja directa en una acción también muy protestada por los nervionenses, si bien, en este caso, sí se trata de una jugada interpretable, por lo que la roja se mantiene y se perderá el próximo partido.
La lista de errores recogidos por el Sevilla se completa con el diferente sesgo a la hora de pitar penaltis por manos, ya que Bestard Servera si señaló uno a favor del Marbella y no otro al Sevilla Atlético. También, ya al margen de la actuación arbitral, se queja de que el estadio donde se jugó no cumple con los requisitos mínimos en vestuarios, sala de prensa y corriente eléctrica, a la par de que se jugó con porterías no reglamentarias.
Tras el choque, Jesús Galván se lamentó amargamente y fue duro con el arbitraje. "Como le he dicho al árbitro en el descanso, ellos deben saber que entrenadores y jugadores se juegan mucho. Ellos se juegan bajar una categoría. Hay jugadores que no pueden seguir, bajan sus contratos... Se lo debería replantear el arbitraje español. El resultado da al traste con muchas horas de trabajo. Por una decisión que ellos creen correcta, con todos los medios que hay ahora. Hay que estar a la altura y hoy alguno no ha estado a la altura", espetó.